1.- RIESGOS GEOMORFOLÓGICOS.
En este apartado incluimos todos
aquellos riesgos geológicos externos causados por el movimiento del terreno, en
los que interviene la acción de la gravedad.
Vamos a estudiar los movimientos de
ladera, las subsidencias y colapsos, y los debidos a las arcillas expansivas.
1.1.- Movimientos gravitacionales de ladera.
Son desplazamientos de los
materiales de una ladera a favor de la gravedad. Los factores condicionantes de estos desplazamientos pueden ser:
litológicos, estructurales, climáticos, hidrológicos, topográficos, la
vegetación. Los factores desencadenantes
pueden ser naturales (fuertes precipitaciones, inundaciones, erupciones
volcánicas, terremotos, cambios en el terreno debido a ciclos de hielo-deshielo
o humedad-desecación, etc.) o inducidos por las actividades humanas (aumento de
peso de la cabecera del talud por acumulación de escombros o por
construcciones, excavaciones con retirada de materiales del pie del talud,
explosiones al construir una mina, deforestación de taludes, etc.)
1.1.1.-
Tipos de movimientos de laderas.
Ø Reptación
o creep. Es un descenso gravitacional discontinuo y
lento de los materiales más superficiales del suelo ladera abajo, producido a
consecuencia de la expansión del suelo al hidratarse y su posterior retracción
al secarse. Se observa bien cuando se arquean los troncos de los árboles y por
la acumulación de materiales en las zonas más bajas.
Ø Coladas
de barro. Es un flujo o caída continua y rápida de
materiales plásticos sin que exista un plano de rotura. Suelen ser materiales
blandos limosos o arcillosos que cuando contienen agua se vuelven muy
plásticos. A veces aparecen como consecuencia de fenómenos volcánicos o
sísmicos.
Ø Solifluxión. Se da
en lugares de dominio periglaciar. Es una mezcla de flujo y reptación. En estos
sitios la parte profunda del suelo permanece siempre helada (permafrost) y sobre ella se asienta un
suelo superficial que fluye en los deshielos (mollisol).
Ø Deslizamientos. Son
movimientos de las rocas o del suelo ladera abajo, pero sobre una superficie de
rotura o de despegue. Los deslizamientos pueden ser:
o
Traslacionales. Si la
superficie de rotura es más o menos paralela a la superficie del talud.
- Rotacionales o slump. Se produce
cuando el movimiento es a favor de una superficie de rotura curva. Son
frecuentes en suelos pegajosos, como los estratos arcillosos.
Ø Desprendimientos. Es la
caída brusca de bloques o fragmentos rocosos de un talud. Estos mecanismos
están favorecidos por la pendiente, el tipo de roca, la presencia de
discontinuidades, etc.
Ø Avalanchas. Son
desprendimientos masivos y en seco de bloques de piedra o nieve.
1.1.2.-
Métodos de predicción.
La
predicción espacial es fácil, mientras que la temporal es más difícil. Para
predecir hay que detectar las zonas de inestabilidad y sus causas directamente
sobre el terreno, con fotografías convencionales o tomadas mediante satélites.
Se
pueden observar huellas de inestabilidad como incisiones en el terreno,
erosión, derrubios en el talud, anomalías en la ladera (convexidad),
deformaciones en los árboles, en los postes de la luz, en vallas, etc.
Se
analizan factores que pueden potenciar el fenómeno, como el clima, la
topografía, morfología y estructura de las rocas, vegetación, etc. Con estos
datos se pueden elaborar mapas de peligrosidad con distintos colores para cada
grado de peligrosidad. Con estos mapas y con imágenes tomadas por satélite, se
puede confeccionar un SIG específico para cada zona en concreto, que servirá
para realizar simulaciones.
1.1.3.-
Métodos de prevención y corrección.
I.
Elaboración de mapas de riesgo.
II.
Modificación de la geometría de los taludes para
evitar deslizamientos rotacionales, descargando la cabecera y rellenando el
pie, o rebajando la pendiente.
III. Construir
drenajes para evitar las coladas de barro, la solifluxión, y para recoger la
escorrentía superficial. Son sistemas de drenaje las cunetas, los pozos, las
galerías de descarga y las zanjas.
IV.
Medidas de contención: muros, contrafuertes,
redes o mallas y anclajes.
V.
Aumentar la resistencia del terreno con anclajes
e inyección de sustancias que aumenten la cohesión e impidan el movimiento.
VI.
Revegetación de taludes.
VII. Medidas
de protección civil.
1.2.- Subsidencias y colapsos.
Son hundimientos del terreno tanto
naturales como inducidos por la actividad humana. Las subsidencias son
hundimientos lentos del suelo. Por ej.- al extraer fluidos como gas y petróleo.
Los colapsos son derrumbamientos bruscos en vertical del terreno. Por ej.- el
hundimiento de una cueva al disolverse las calizas o los yesos que la formaban.
Estos fenómenos se asocian a
terrenos kársticos (calizos principalmente).
1.3.- Diapiros.
Cuando entre las rocas sedimentarias
hay estratos salinos que son menos densos y plásticos, tienden a ascender
lentamente provocando deformaciones y roturas de los estratos superiores. Los
suelos son inestables y se hunden por disolución.
1.4.- Suelos expansivos.
Se dan en suelos formados por
arcilla, margas, limos arcillosos y yesos. Es importante tenerlos en cuenta a
la hora de realizar construcciones, pues estos materiales se hinchan al
hidratarse y se agrietan cuando se secan, dando lugar a la pérdida de
asentamiento de cimientos y muros, deformación de pavimentos y aceras, rotura
de cañerías y drenajes, etc.
Las causas pueden ser naturales
(lluvias y sequías) o pueden ser inducidas por la sobreexplotación de
acuíferos, por el exceso de riego, por fugas de cañerías, etc.
1.4.1.-
Métodos de predicción.
Observación de señales en el terreno
por geólogos, como la presencia de barro pegajoso, suelo con grietas de
retracción, persistencia de huellas de pisada o de roderas de vehículos, etc.
Además se recurre al estudio del clima, de las redes de drenaje, de la
irrigación de la vegetación y de las pendientes.
1.4.2.-
Métodos de prevención y corrección.
Las medidas preventivas no
estructurales son la ordenación del territorio y la elaboración de mapas de
riesgo o mapas geológicos. Entre las medidas estructurales se encuentran la estabilización
de suelos mezclándolos con cal, la excavación del terreno antes de la
construcción y el rellenado del hueco con materiales resistentes al
hinchamiento, la cimentación sobre pilotes que atraviesen la capa arcillosa,
dejar cámaras de aire en los cimientos de las viviendas para facilitar la
evaporación, la impermeabilización alrededor de las viviendas, etc.
2.- INUNDACIONES.
Constituyen
el riesgo geológico más destructivo, tanto a escala nacional como mundial.
Además, la urbanización masiva en áreas fluviales susceptibles agrava dicho
riesgo. Se clasifican en:
a)
Inundaciones continentales, denominadas avenidas.
b)
Inundaciones costeras debidas a maremotos o mareas.
2.1.- Causas.
Ø Climáticas:
huracanes, lluvias torrenciales, aumento de la temperatura.
Ø Geológicas:
actividad volcánica, deshielo en los volcanes, coladas de barro, tsunamis,
marejadas.
Ø Antrópicas:
obstáculos en las desembocaduras de los ríos, rotura de presas.
2.2.- Características de las avenidas.
Se denominan así a las inundaciones
dentro de los cauces de agua continentales (torrentes y ríos). Pueden ser de
dos tipos:
Ø Torrenciales.
Originadas en los torrentes, que son cursos de agua con cauce fijo pero caudal
intermitente (mucho caudal tras lluvias torrenciales o el deshielo). Tras la
caída de una tromba de agua, ésta suele circular a gran velocidad por el
torrente, y debido a esta gran velocidad puede originar inundaciones muy
peligrosas y repentinas. En nuestro país hay dos tipos de torrentes:
- De montaña. Frecuentes en la región de
los Pirineos. Tiene 3 partes: la cuenca de recepción, el canal de desagüe y el
cono de deyección o abanico aluvial.
- Ramblas y barrancos, con menor
pendiente.
Ø Fluviales. Originadas en los
ríos, que son corrientes de agua encauzadas y con caudal fijo, con menor
pendiente que los torrentes y cursos más largos. Las partes de un río son:
- Curso alto: con bastante pendiente. En
él predomina la erosión, por la cual el río se va encajando en el valle,
modelando una forma en V.
-
Curso medio: predomina el transporte
sobre la erosión, y es selectivo. En este tramo se forman las vegas o llanuras
de inundación, muy llanas y fértiles y ocupadas por entero cuando sobreviene
una avenida, y los meandros, curvas que describe el río al pasar por zonas de
distinta dureza. Los meandros pueden describir formas muy cerradas, y en
ocasiones acaban estrangulándose, formando meandros abandonados. También se
forman las terrazas fluviales, que son una serie de escalones planos de
distintas alturas paralelos al cauce del río; se forman cuando al aumentar la
capacidad erosiva del río éste excava verticalmente el fondo de su cauce.
-
Curso bajo: predomina la
sedimentación. Aparecen barras (depósitos) en el interior de los cauces que
dividen el río en varios brazos.
2.3.- Peligrosidad de las inundaciones.
El riesgo depende de la energía que
posean torrentes y ríos. La energía depende de:
- La velocidad de la corriente de
agua, que aumenta con la pendiente.
- El caudal (Q) o volumen de agua
que atraviesa una sección transversal de la corriente (A) por unidad de
tiempo. Su valor se obtiene multiplicando A por el tiempo. Se mide en m3/seg,
y depende de varios factores:
- Intensidad de las precipitaciones (litros
de agua caídos por unidad de tiempo). Se consideran torrenciales cuando
caen más de 200 l/m2 en un día.
- Las estaciones. Hay épocas de avenida o
crecidas y de estiaje, en las que el caudal es mínimo. Las variaciones
anuales de caudal se expresan en unas curvas llamadas hidrogramas anuales,
y son importantes para prevenir las crecidas. También se elaboran hidrogramas
de crecida, en los cuales se pueden observar los tiempos de respuesta (desde
que cae el aguacero hasta que el caudal llega a su punto máximo) que
sirven para alertar a la población.
- La infiltración. Al aumentar la
infiltración disminuye la escorrentía superficial, y por tanto el caudal
del río y la severidad de las inundaciones. Esto, a su vez, depende de la
existencia de vegetación en la cabecera y en los márgenes del río, ya que
aumentan la infiltración, y del tipo de rocas, ya que si son impermeables
aumentan la escorrentía superficial.
2.4.- Predicción de inundaciones.
Las principales medidas para la
predicción son:
I.
Previsiones
meteorológicas. A partir de datos meteorológicos enviados por
el satélite Meteosat se puede prever la aparición de lluvias torrenciales,
principal causa de las inundaciones, en un determinado lugar.
II.
Diagramas
de variación del caudal. Recurriendo a datos históricos se puede
observar que las variaciones del caudal son cíclicas, repitiéndose a intervalos
de tiempo regulares para cada cuenca fluvial. De esta forma se puede prever el
tiempo de retorno para cada tipo de inundación, así como el caudal máximo
esperado.
III. Elaboración de mapas de riesgo. Se
elaboran a partir de datos históricos; son útiles para delimitar las áreas
susceptibles de inundación, así como la magnitud de la inundación.
2.5.- Prevención de inundaciones.
2.5.1.-
Medidas estructurales. Consisten en
realizar obras en los cauces.
- Construcción
de diques a ambos lados del cauce. Paralelos al cauce del
río, sirven para confinar el agua y contener el desbordamiento. No es muy
efectivo, al final puede incluso resultar catastrófico.
- Aumento
de la capacidad del cauce. Por ensanchamiento o
dragado del fondo. Esta medida puede alterar los ecosistemas fluviales y
potenciar el poder erosivo.
- Desvío
de cauces. En ríos que atraviesan ciudades y que
sean propensos a desbordarse se recurre a los desvíos del cauce. Ej.- el
Turia a su paso por Valencia.
- Reforestación
y conservación del suelo. Es la medida más
efectiva. Los bosques retienen agua, aumentan la infiltración, disminuyen
la escorrentía, sujetan el suelo…
- Medidas
de laminación. Consisten en la construcción de embalses
aguas arriba, con lo que se logran rebajar los caudales punta. Como
entonces circulará menor cantidad de agua por unidad de tiempo, se reduce
la peligrosidad.
- Estaciones
de control. Se sitúan en varios puntos a lo largo de
los cauces fluviales. Constan de pluviómetros
y estaciones de aforo con los
que se mide mediante varillas las variaciones de altura de la lámina de
agua y con un cable la anchura del cauce. También se mide la velocidad de
la corriente con un correntómetro
provisto de cazoletas giratorias. Se calcula el caudal y se envía la
información vía informática.
2.5.2.-
Medidas no estructurales. Tienden a
reducir la vulnerabilidad.
- Ordenación
del territorio. Existen leyes que limitan o prohíben
determinados usos en las zonas de riesgo. Para la ordenación del
territorio lo primero que hay que hacer es delimitar las áreas
susceptibles con fotografías
tomadas por satélite, además de recurrir a los mapas de riesgo.
La
legislación española establece varias zonas en los cauces fluviales con medidas
que limitan su ocupación. Dichas zonas son:
- Zona de servidumbre. Es una franja de 5
metros de anchura a cada lado del cauce. Aquí está prohibida toda
construcción, cultivo y planta de árboles.
- Zona de policía. Se extiende a ambos lados
del cauce desde su borde hasta 100 m de anchura. La probabilidad de
riesgo de inundación en esta zona es de 1/100. Se permiten usos
agrícolas, pero se prohíbe cualquier alteración del relieve y las construcciones
de cualquier tipo.
- Zona inundable. Comprende todos los
márgenes del cauce principal en los que exista una probabilidad de riesgo
de inundación de 1/500. En ellas se establecen medidas de protección
menos severas, aunque siempre garantizando la seguridad de los bienes y
de las personas.
- Planes
de protección civil. El estudio detallado de las avenidas
nos permite establecer un sistema de alerta para la protección de bienes
inmuebles y la evacuación de la población.
- Seguros
y ayudas públicas. En nuestro país, según la
legislación, los seguros son obligatorios para todas las construcciones
que se sitúen dentro de una zona inundable.
- Modelos
de simulación de avenidas. Se hacen con ayuda de un
SIG en el que constan diferentes datos del territorio (meteorológicos,
geomorfológicos, litológicos, usos del suelo, relación agua drenada / agua
infiltrada, cobertura vegetal, fotografías por satélite, etc.) Sirven para
delimitar las zonas afectadas por una inundación.
3.- RIESGOS MIXTOS.
La erosión y la sedimentación son
dos procesos geológicos externos que pueden verse alterados por las actividades
humanas tanto en zonas continentales como en las costas.
3.1.- Erosión/sedimentación en zonas
continentales.
La deforestación, la minería a cielo
abierto, y las prácticas de cultivo inadecuadas, entre otras, aceleran los
procesos de erosión y sedimentación en las zonas continentales.
Vamos a estudiar los procesos de
erosión y sedimentación que realizan los ríos.
El agua
del río, con la energía cinética que posee, realiza un modelado del cauce
fluvial. Erosiona con mucha fuerza en el tramo alto; aquí su energía cinética
es muy elevada, pues debido a la gran pendiente que tiene que salvar, adquiere
una gran velocidad aunque su caudal sea pequeño. Su sección transversal tiene
una típica forma de “V”.
En los tramos medio y bajo del río
la pendiente se va reduciendo, por lo que también se resiente su velocidad, pero
en este tramo el cauce del río se ensancha y su caudal aumenta al recibir
aportes de los afluentes y acuíferos subterráneos. Su sección transversal pierde
su forma de “V” y se convierte en una amplia llanura de inundación.
En el tramo inferior el río
desemboca en el mar, en un lago o en otro río, y deposita la carga,
produciéndose la sedimentación fluvial.
Todos los ríos tienden a alcanzar un
perfil de equilibrio, en el cual se
invierte toda la energía cinética en vencer el rozamiento y transportar
materiales, y no se produce ni erosión ni sedimentación. Para alcanzar su
perfil de equilibrio, el río tiene que reducir su pendiente hasta igualar su
altura con su extremo más bajo o nivel
de base, que puede ser absoluto (el nivel del mar) o local (un lago, un río
o un embalse en el que desemboque). Cuando lo alcanza, el río adquiere una
forma cóncava (su cabecera tiene mucha pendiente, pero sus tramos medio y bajo
discurren por una superficie casi plana).
Si el nivel de base alcanzado
desciende debido a una sequía (local) o a un descenso del nivel del mar debido
a una glaciación (absoluto), provocaría un nuevo aumento de la pendiente
(aumento de la energía potencial), lo que se traduciría en la realización de un
trabajo de erosión remontante con el fin de reducir la
pendiente. La erosión remontante cesaría cuando el río alcanzase un nuevo
perfil de equilibrio.
Si por el contrario el nivel de base
asciende (por la construcción de un embalse, o si sube el nivel del mar, etc.),
la corriente pierde fuerza y se produce un aumento de la sedimentación, que
rellenaría la desembocadura, elevando el nivel de base. Este proceso se
denomina agradación.
Estos dos fenómenos son muy
importantes a la hora de construir embalses, pues producen una alteración de la
dinámica fluvial. El río va a depositar su carga en el embalse, y acabará por
colmatarlo, reduciendo su período de aprovechamiento. Si se produce una
deforestación en el tramo superior, el proceso se agrava por el aumento de la
erosión y del transporte. Aguas abajo del embalse, el río va libre de
sedimentos, erosionando los márgenes, afectando a los ecosistemas de ribera, y
profundizando su lecho.
3.2.- Dinámica litoral.
Además de las inundaciones, la
alteración de los procesos de erosión-sedimentación son los riesgos que más
afectan a las zonas costeras. Dicho riesgo está acentuado por el factor
exposición, pues estas zonas son las más pobladas del planeta dado su gran
turismo.
3.2.1.-
Modelado de las zonas costeras.
Entre las formas originadas por
efecto de la erosión (oleaje) encontramos los acantilados, las bahías, los
farallones, los arcos naturales, las cuevas y las plataformas de abrasión.
Entre las formas de sedimentación
destacan las playas, las flechas, los cordones litorales, los tómbolos, las
albuferas y los estuarios.
En la desembocadura de los ríos se
originan deltas y estuarios.
3.2.2.-
Riesgos derivados de la
erosión/sedimentación costera.
- Riesgos
derivados del retroceso del acantilado. La acción erosiva
de las olas contra el acantilado puede causar el derrumbe de las
construcciones que están sobre él. Para prevenir este tipo de riesgo se
deben construir muros en la base del acantilado, con el problema de que la
playa que está en la base va a desaparecer, pues la fuerza de las olas al
chocar contra los muros arrastra la arena mar adentro.
- Riesgos
por interrupción de las corrientes de deriva.
Las corrientes de deriva circulan paralelas a las costas. Según la
dirección hacia la que sople el viento, estas corrientes trasladan los
materiales resultantes de la erosión de los acantilados a lo largo de toda
la línea de costa, resultando así las formas de sedimentación costeras:
playas, flechas, albuferas, tómbolas, etc.
Las
intervenciones antrópicas (humanas) pueden interrumpir o alterar la circulación
de las corrientes de deriva y cambiar los procesos de erosión-sedimentación.
Las principales son: la construcción de espigones para crear playas
artificiales, la instalación de puertos deportivos, de muelles comerciales y
pesqueros, etc. En estos casos se produce una brusca sedimentación en la zona
anterior al obstáculo, formándose una nueva playa, mientras que en los lugares
situados detrás de la estructura se produce una intensa erosión, pues el agua circula
sin sedimentos que frenarían su poder erosivo.
- Alteraciones
de la dinámica de los deltas. Los deltas se generan
por acumulación de sedimentos transportados por los ríos en lugares donde
la corriente de deriva no es demasiado intensa. Se hunden debido al peso
de los sedimentos, y van siendo rellenados simultáneamente, por lo que
están en equilibrio dinámico. Cualquier alteración de las corrientes
marinas o de la dinámica fluvial (deforestación, embalses, trasvases)
originarían graves modificaciones en la dinámica de los deltas.
- Eliminación
de arena del sistema costero. La eliminación de arena
de las playas o de las dunas situadas tras ellas para construir paseos
marítimos o edificios provoca un aumento de la erosión, pues no hay nada
que contenga las olas durante los temporales. Además se produce un aumento
de las inundaciones costeras.
- La
regeneración de playas o creación de otras nuevas.
Se lleva a cabo con arenas procedentes del dragado de los fondos costeros
o de las desembocaduras de los ríos; esto provoca alteraciones en la
dinámica de las costas, pudiendo concluir con la destrucción de las playas
durante las tempestades.
Todas
las intervenciones humanas sobre las costas pueden producir:
a)
Progradación o
avance de costa que gana terreno al mar. La deforestación de las cuencas altas
de los ríos, la remoción del terreno por la minería u obras públicas, los
incendios forestales, etc., son acciones que producen un incremento en la
cantidad de materiales que lleva el río, y con ello, un aumento de la
sedimentación costera.
b)
Regresión. Es el
efecto contrario, supone un retroceso de las costas por erosión debida a la
disminución de los sedimentos. Por ej.- por construcción de embalses.
3.2.3.-
Prevención de riesgos costeros.
- Medidas
estructurales. Rompeolas, espigones, muros. Todas se
deben establecer con un conocimiento previo y profundo de la dinámica
litoral.
- Medidas no estructurales.
- Elaboración de mapas de peligrosidad.
- Ordenación del territorio, serie de normas
legales recogidas en la “Ley de
Costas”, establecida en 1988. En ella se dice que “son bienes de
dominio público todos los terrenos comprendidos entre los límites de
bajamar hasta el lugar de la costa susceptible de ser alcanzado por las
olas en los mayores temporales, lo que comprende: playas, albuferas, marismas,
dunas, recursos del mar, terrenos ganados al mar, acantilados, islotes,
etc.” Además, establece dos zonas:
- Zona de servidumbre de
protección, que se extiende 100 m tierra adentro, en la que existe
prohibición total para cualquier uso, salvo la instalación de servicios
de utilidad pública necesarios y convenientes o instalaciones deportivas
al aire libre.
- Zona de influencia, que
se extiende a los terrenos situados hasta 500 metros de la ribera del
mar, en la que existen unas normas de ordenación urbanística,
permitiéndose la construcción de aparcamientos y de edificios que se
adapten a la legislación.
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