martes, 22 de marzo de 2016

CTM. Ud. 15.- EL PAISAJE COMO RECURSO.

            El paisaje es un recurso natural, con valores estéticos, culturales y educativos; de ellos se derivan valores económicos por su valor intrínseco o su utilización; es por eso que debe ser gestionado adecuadamente.


            Hay muchas formas de concebir el paisaje, todas subjetivas:
  • Se puede ver como una recreación para los sentidos (fuente de inspiración).
  • Se puede interpretar como un territorio con estructuras y procesos (desde los puntos de vista geográfico y geológico).
  • Se puede considerar como un territorio en el que hay una serie de ecosistemas interaccionados (punto de vista biológico).
Existe una gran variedad de paisajes, y por todo ello existen muchas metodologías que los estudian. El análisis de un paisaje se lleva a cabo a partir de unidades paisajísticas que son entidades distintas que lo conforman (formas de relieve, uso del territorio, impactos).
Pasos a seguir:
         Conocer y reconocer los elementos y componentes del paisaje y analizarlos.
         Diagnosticar el estado actual del paisaje.
         Aplicar medidas de corrección de impactos y de anomalías detectadas.
         Proponer técnicas de prevención de impactos estableciendo planes de actuación para evitar acciones no deseadas en el paisaje.

1.- CONCEPTO DE PAISAJE.

El término paisaje se asocia a sensaciones y recuerdos más o menos próximos por lo que resulta difícil precisar.
      Desde el punto de vista ecológico, el paisaje es un complejo de interrelaciones derivadas de la acción mutua entre rocas, agua, aire, plantas y animales (Dumm).
Bernáldez, en 1960, escribió que “el paisaje es una percepción multisensorial de un sistema de relaciones ecológicas”. En 1981 lo definió como: “la información que recibe el hombre de su entorno ecológico”.
      Desde el punto de vista de la teoría de sistemas, el paisaje es una organización del territorio con estructura y dinámica.



1.1.- ¿Cómo se percibe el paisaje?

La percepción del paisaje es un proceso en el que el observador recibe informaciones de dos tipos:
         Concretas: elementos que componen el paisaje (vegetación, relieve y agua).
         Abstractas: Signos y disposición geométrica.
Estas informaciones llevan al observador a forjarse su propia concepción del mismo (modelo mental) influido por factores culturales e individuales (edad, aprendizaje, utilidad, experiencia, etc.)

2.- COMPOSICIÓN DEL PAISAJE.
2.1.- Componentes del paisaje.
            Los componentes del paisaje son los elementos que se pueden distinguir a simple vista. Tenemos componentes abióticos, bióticos y antrópicos.
2.1.1.- Componentes abióticos.
  • Relieve. De naturaleza mineral, tiene gran influencia sobre el resto de componentes del paisaje, ya que sobre él se asientan todos los demás componentes. Surge como consecuencia de los procesos geológicos y aporta las principales formas del paisaje (montañas, cerros, barrancos, cañones, laderas, valles, etc.)
  • Litología. Tipos de rocas del suelo. Pueden ser:
    • Arcillas, limos y arenas. Poco consolidadas, sedimentarias.
    • Calizas y yesos, que son sales solubles.
    • Granitos, basaltos. Rocas magmáticas, consolidadas.
    • Pizarras, cuarcitas. Rocas metamórficas, consolidadas.
  • Clima o condiciones atmosféricas.
  • Agua. Es un elemento llamativo que aporta contraste y movimiento. Cascadas, ríos, torrentes, arroyos, lagos, playas, marismas, deltas, glaciares, cumbres nevadas, etc.
  • Suelo. Determina las formas vegetales.
2.1.2.- Componentes bióticos.
  • Vegetación. Es uno de los elementos más destacados al constituir la cubierta del suelo. Se estudia el tipo de vegetación existente y su distribución. Existe la vegetación natural, como árboles, arbustos, matorrales, hierbas, y la vegetación artificial, como cultivos, jardines, repoblaciones forestales o revegetaciones.
  • Fauna. Es un componente que no reviste especial interés en el estudio del paisaje, dada su movilidad, aunque a veces sea el factor determinante (prados de pastoreo, salinas con flamencos, playas con gaviotas, casquetes polares con pingüinos, etc.)
2.1.3.- Componentes antrópicos.
            Hoy en día existen pocos paisajes que puedan considerarse estrictamente naturales, pues casi siempre se denota la actuación del hombre. Las acciones que producen modificaciones en el paisaje son:
  • Usos del suelo por actividades agrícolas y ganaderas.
  • Obras públicas (carreteras, caminos, vías férreas, presas, tendidos eléctricos y telefónicos, molinos de viento, etc.)
  • Explotación de recursos (minería, canteras, extracciones de tierra).
  • Creación de espacios rurales y urbanos (pueblos y ciudades).
  • Actividades lúdicas y deportivas (parques, jardines, polideportivos, campos de fútbol, campos de golf).

2.2.- Elementos visuales del paisaje.
            Son los rasgos que caracterizan visualmente un paisaje o alguno de sus componentes, y que se emplean para su análisis y descripción. Estos elementos son:
  • Color. Es la propiedad de reflejar la luz con una determinada intensidad y longitud de onda. Viene definido por el tinte (cálidos-fríos), el tono (claro-oscuro) y el brillo (mate-brillo).
  • Forma. Es el volumen o la superficie de uno o más objetos que aparecen unificados en un terreno. Puede ser: bidimensional, tridimensional, geométrica, irregular, etc. e incluso puede tener movimiento (nubes, humo, agua).
  • Línea. Es el camino real o imaginario que percibe el observador cuando existen diferencias bruscas entre los elementos visuales. Puede ser: horizontal, que se crucen con bordes definidos, con bordes difusos, o límite entre vegetaciones distintas, cursos de agua, carreteras, etc.

  • Textura. Se define como las variaciones o irregularidades que se perciben sobre las superficies continuas de los componentes de un paisaje. Se deben a la agregación indiferenciada de formas y colores. La textura se analiza mediante el grano (fino-medio-grueso), la densidad (disperso-medio-denso), la regularidad (en grupos-ordenado en hileras-al azar-gradual) y el contraste interno.
  • Escala. Es la relación existente entre el tamaño de un objeto y el entorno en el que se sitúa. Se establece por comparación tomando como referencia objetos de dimensiones definidas (figura humana, casas, un árbol). Se puede observar el efecto distancia y el efecto ubicación.
  • Configuración espacial. Es el conjunto de características globales de un paisaje determinadas por la disposición tridimensional de los objetos y espacios libres o vacíos de la escena. Así tenemos:
    • Paisajes panorámicos. No existen límites de visión y el cielo domina la zona.
    • Paisajes cerrados. (Líneas paralelas). Encajados, focalizados, fondo de valle
    • Paisajes dominados. Existe algún elemento dominante: un castillo, casa, etc.
    • Paisajes sobre llanuras, a pie de laderas, en espesura, etc.



3.- CLASIFICACIÓN DE LOS PAISAJES.
            Para clasificar los paisajes atenderemos a los siguientes criterios:
a) Paisaje como geosistema. Aquí se tienen en cuenta los componentes abióticos, bióticos y antrópicos, así como el dominio de unos sobre otros, dando lugar a:
  • Paisajes con dominio exclusivo de lo abiótico. Desiertos, canchales y glaciares.
  • Paisajes con dominio de lo abiótico sobre lo biótico. Montaña, tundra.
  • Paisajes con dominio de lo abiótico sobre lo antrópico. Cantera, mina abandonada.
  • Paisajes con dominio exclusivo de lo biótico. Selva, taiga, bosques.
  • Paisajes con dominio de lo biótico sobre lo abiótico. Marismas y humedales.
  • Paisajes con dominio de lo biótico sobre lo antrópico. Poblados africanos.
  • Paisajes con dominio exclusivo de lo antrópico. Ciudades.
  • Paisajes con dominio de lo antrópico sobre lo abiótico. Estaciones de esquí.
  • Paisajes con dominio de lo antrópico sobre lo biótico. Zonas agrícolas.

b) Localización geográfica.
            Según este criterio encontramos paisajes polares, tundra, taiga, bosque tropical, bosque caducifolio, desiertos, praderas.

c) Funcionalidad o uso del paisaje.
            Considerando al paisaje como medio ambiente del hombre tenemos:
  • Paisajes naturales. No colonizados por el hombre. Selvas, montañas, desiertos.
  • Paisajes rurales. Transformados por el hombre para sus actividades agrícolas, ganaderas y forestales.
  • Paisajes urbanos. Presentan el mayor grado de humanización y, por tanto, de transformación de los componentes naturales. Ciudades, zonas industriales, parques de ocio y zonas comerciales, etc.

d) Estado actual del paisaje.
  • Paisajes en equilibrio, donde la erosión y los impactos humanos son mínimos.
  • Paisajes en regresión, sometidos a fuertes procesos de erosión, modificaciones climáticas o a impactos humanos, que lo hacen cada vez más inestable y cambiante.


4.- IMPACTOS PRODUCIDOS EN EL PAISAJE.
            El impacto paisajístico es una alteración estructural o funcional en uno, varios o todos los componentes naturales y elementos visuales del paisaje como consecuencia de las intervenciones del hombre, lo que provoca una disminución de su calidad ambiental y visual.
            Las causas pueden ser:

a)     Ocupación del territorio por asentamientos urbanos, industriales y obras públicas.
o   Al construir las vías de comunicación (aeropuertos, carreteras, vías férreas), las máquinas remueven todo el terreno y la vegetación, apareciendo oquedades y taludes, y en otras zonas, montículos.
o   Aparición de líneas rectas en las formas geométricas del terreno debido a las obras de construcción.
o   Contraste de colores diferentes a la vegetación debido al empleo de materiales de colores distintos.
o   Introducción de elementos artificiales de gran tamaño (viaductos, puentes, centrales eléctricas), no acordes con la escala del lugar, causando un impacto visual grande.
b)     Actividades agrícolas, ganaderas y forestales que ocasionan alteraciones en la vegetación. Por ej.- la supresión de la vegetación arbórea por praderas de pastos o tierras de cultivo.
c)      Zonas de extracción de recursos que provocan cambios en la morfología del relieve, en la vegetación, y causan alteraciones cromáticas. Ej.- las canteras y las minas a cielo abierto.
d)      Actividades agrícolas, industriales y urbanas que emiten y acumulan residuos, ocasionan pérdida de vegetación y de animales. Por ej.- los vertederos, que dan lugar a relieves adicionales de mal aspecto.

5.- ANÁLISIS DEL IMPACTO SOBRE EL PAISAJE: CALIDAD Y FRAGILIDAD VISUAL.
            El análisis de los impactos se hace bajo los aspectos de calidad y fragilidad visuales.
5.1.- Calidad visual.
            Es una cualidad intrínseca del paisaje que nos indica sus valores estéticos o, lo que es lo mismo, su belleza. Es un concepto muy subjetivo, es difícil valorarlo. Para hacerlo se utilizan básicamente dos tipos de métodos:
5.1.1.- Métodos directos.
            Basados en la contemplación del paisaje, al que se asigna un calificativo (excelente, bueno, mediocre, etc.). Los paisajes son valorados por varios observadores, que dan su calificación, y el resultado final será la media de las calificaciones.
5.1.2.- Métodos indirectos.
Son procedimientos cualitativos y cuantitativos que describen y valoran los componentes de un paisaje. Incluye tres elementos de percepción:
               I.      Calidad visual intrínseca. Es el atractivo visual de las características propias de cada punto del territorio donde se encuentra el observador. Se valoran elementos como la geomorfología, la vegetación, la presencia o ausencia de agua, etc.
            II.      Calidad visual del entorno inmediato. Consiste en evaluar los elementos existentes en un radio de 500 a 700 metros del punto observado. La valoración será mayor si se aprecian elementos visualmente atractivos, como vegetación, afloramientos rocosos, ríos, arroyos, embalses, etc.
         III.      Calidad del fondo escénico. Es la valoración de las vistas escénicas mediante un análisis visual de todo el panorama completo, teniendo en cuenta la panorámica, la altitud y la vegetación. A panorámicas más amplias y mayor altitud, mayores vistas escénicas tendrá el paisaje.




5.2.- Fragilidad visual.
            Se define fragilidad como la susceptibilidad de un paisaje al cambio. Indica el grado de deterioro visual que experimenta un paisaje ante la acción humana, y depende del tipo de actividad que se vaya a desarrollar en él. Es lo contrario que absorción visual, que es la capacidad de un paisaje para acoger modificaciones sin que se produzca una disminución de su calidad visual. Un paisaje con mucha fragilidad visual presenta una menor capacidad de absorción visual, y al contrario.
Para su análisis han de tenerse en cuenta cuatro tipos de factores:
             I.      Componentes bióticos y abióticos del paisaje.
La vegetación disminuye la fragilidad si es abundante o hay poco contraste entre ella y el suelo; el relieve influye de forma que cuanta más pendiente haya, más fragilidad tendrá el paisaje; también aumenta la fragilidad una orientación S y O.
          II.      Factores de visualización. Aquí se atiende a las características de la cuenca visual, de forma que cuanto mayor sea su tamaño, más alargada y menos compleja sea su forma, la fragilidad será mayor. Ej.- una cuenca visual con relieve homogéneo, poca vegetación y forma alargada tendrá mayor fragilidad.
       III.      Factores histórico-culturales. La presencia de valores históricos o puntos de atención como monumentos, parajes, castillos, etc., aumentan la fragilidad, pues constituyen puntos de atracción y focalizan la visión.
        IV.      Accesibilidad. Depende de la facilidad de acceso a la visión del paisaje. La cercanía de pueblos, carreteras, caminos, etc. aumenta la fragilidad visual.

6.- ACTUACIONES DE CORRECCIÓN PAISAJÍSTICA.

            Cuando se plantea un proyecto (obras civiles, extracción de recursos, etc.) se debe tener en cuenta el paisaje, ya que se puede ocasionar en él un fuerte deterioro. La legislación española no contempla la evaluación de los impactos, aunque debería hacerlo.
            Una vez hecha la evaluación sobre el impacto visual, se han de introducir las medidas correctoras para la restauración paisajística. Estas medidas son:
a)     Remodelación del terreno para adecuarlo a la topografía local por medio de criterios como:
a.      Intentar reproducir la topografía previa a la realización del proyecto cuanto sea posible.
b.      No introducir elementos que añadan artificialidad, es decir, que posean líneas rectas o ángulos marcados.
c.       Respetar la escala topográfica del lugar, no introduciendo elementos de tamaños desproporcionados con relación al relieve existente.
d.      Utilizar la topografía para integrar o disimular elementos nuevos.
b)     Establecimiento de una cubierta vegetal que permita mejorar y acondicionar el suelo para protegerlo de la erosión y ocultación o integración, en la medida de lo posible, de los elementos artificiales visibles. Se siguen los siguientes criterios:
a.      Seleccionar especies teniendo en cuenta su forma, tamaño, color, textura, de manera que sea lo más coincidente con la vegetación del entorno.
b.      Disponer espacialmente la vegetación para lograr una buena relación visual con el entorno, de forma que oculte elementos no integrados, crear pantallas visuales, enmascarar vistas desagradables, etc.
c)      Control de la pérdida de la capa de suelo fértil, almacenando la mayor cantidad de suelo durante la realización de obras para su posterior utilización en la restauración.
Actualmente, en los estudios de paisaje a nivel de proyecto, se realizan simulaciones ambientales que permiten ver el aspecto del proyecto del entorno real donde se localizaría, lo que facilita las medidas a adoptar.


7.- LA CONSERVACIÓN DEL PAISAJE: ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS.

            Los espacios naturales son áreas formadas por uno o más ecosistemas que presentan pocas transformaciones por la explotación u ocupación humanas, una biodiversidad de interés científico o educativo y un paisaje de gran valor estético.

            La ONU establece protección de ciertos lugares de la Tierra con paisajes considerados como biomas y recursos del Patrimonio Mundial. Se llaman Recursos de la Biosfera.
7.1.- Protección de los espacios naturales en España.
7.1.1.- Parques Nacionales.
            Los Parques Nacionales son áreas que, por sus especiales características fitológicas, zoológicas, geográficas y geológicas de relevancia e interés científico, es preciso conservar en sus condiciones ambientales originales.
A veces, la conservación de especies en estos espacios es necesaria e imprescindible porque alguna o muchas de ellas están en peligro de extinción. En las áreas definidas por el parque nacional está prohibida la explotación sistemática de los recursos naturales y el asentamiento de poblaciones humanas no tradicionales.
La gestión de los parques nacionales corresponde al Estado, aunque esto se está modificando con las correspondientes transferencias a las comunidades autónomas.

Actualmente tenemos 14 Parques que componen la Red de Parques Nacionales: Aiguestortes, Archipielago de Cabrera, Cabañeros, Caldera de Taburiente, Doñana, Garajonay, Islas Atlánticas de Galicia, Monfragüe, Ordesa y Monte Perdido, Picos de Europa, Sierra Nevada, Tablas de Daimiel, Teide y Timanfaya.

El primer Parque Nacional de la historia, el Parque Nacional Yellowstone, fue fundado en 1872 para preservar 8.983 km2 de un bosque con condiciones geotérmicas únicas localizado en el oeste de Estados Unidos.

7.1.2.- Parques Naturales.
            El parque natural es también un espacio protegido, de cuya gestión es competente la comunidad autónoma. Presenta también unas características peculiares de flora, fauna y geomorfología, muy poco transformadas por la actividad humana, con formas singulares y únicas en muchos casos. Poseen también unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos dignos de conservación.
7.1.3.- Reservas Naturales.
            Son espacios naturales cuya finalidad es proteger determinados ecosistemas, comunidades o elementos biológicos que por su rareza, fragilidad, importancia o singularidad merecen una valoración especial. A menudo se encuentran en las inmediaciones de los Parques Nacionales.
Estos territorios se dedican fundamentalmente a la protección de las especies salvajes y a la investigación científica más que al disfrute público, y se convierten en “laboratorios vivientes” donde los científicos observan a los animales y las plantas en su hábitat natural. En ellos se permite la explotación de recursos cuando sea compatible con su conservación; sin embargo, queda prohibida la recolección de material biológico y geológico, excepto con una autorización para la investigación o la educación.

En Madrid se considera Reserva Natural al Parque Regional de la cuenca alta del Manzanares.

7.1.4.- Monumentos Naturales.
            Un monumento natural es un elemento natural de especial significado paisajístico, geológico, geomorfológico e incluso se refiere a formaciones y yacimientos minerales o paleontológicos que por su especial belleza, rareza o singularidad merecen protección especial por encontrarse fuera de espacios catalogados como protegidos.
7.1.5.- Paisajes protegidos.
            Son lugares con valores estéticos y culturales que merecen especial protección. Existen 547 espacios protegidos en España.


            La incorporación en la U.E. ha obligado a recoger las normas de la Directiva Hábitat, cuyo objetivo es preservar la biodiversidad a través de la creación de la Red Natura 2000 y según los acuerdos de la Cumbre de Río. Así se modifica la Ley de Conservación de Espacios Naturales y se establece la nueva Ley 41/07 que incorpora el modelo de gestión de espacios naturales propuesta por dicha Directiva Hábitat.

7.2.- Reservas de la Biosfera.
            Son ciertos lugares del planeta de especial interés propuestos por más de 100 países que participan en el Programa Hombre y Biosfera. Los requisitos son:
Ø  Que sean lugares representativos de ecosistemas naturales o mínimamente alterados.
Ø  Que actúen como centros de observación, enseñanza e investigación de técnicas de conservación y uso sostenible de recursos naturales, de forma que puedan satisfacer las necesidades humanas sin deterioro del entorno.
Las Reservas de la Biosfera constan de tres zonas:
-      Zona de núcleo. Lugar del ecosistema inalterado y representativo, dedicado a la función de conservación.
-      Zona de amortiguación o tampón. Área que rodea a la anterior, en la que es posible el uso de recursos compatible con la conservación.
-      Zona de transición. Espacio en el que existe un mayor grado de explotación, pero con criterios de sostenibilidad.
Las funciones que deben realizar las Reservas de la Biosfera son tres: función de desarrollo, función de conservación y función logística.

 

 

 

 



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