martes, 22 de marzo de 2016

CTM. Ud. 12.- EL SUELO. RECURSOS DE LA BIOSFERA.

            La Biosfera, además de su biodiversidad, nos ofrece una serie de recursos, como alimentos, madera, minerales, etc. El suelo es la base de ellos, ya que todos excepto la pesca dependen de él. Por eso es importante su estudio para conocer su estado de conservación y deterioro, delimitando las zonas susceptibles para poder adoptar medidas de protección adecuadas.
            El principal problema es la erosión que afecta a muchos países, entre ellos, España. La erosión es un proceso natural que por desgracia se ve agravado por la acción del hombre, que deforesta, cultiva de forma inadecuada, contamina y sobreexplota acuíferos.
            Estudiaremos en primer lugar el suelo, sus interfases, y luego los recursos forestales, agrícolas, ganaderos, la pesca, etc.

1.- DEFINICIÓN DE SUELO. IMPORTANCIA.
El suelo es una capa superficial, disgregada y de espesor variable que recubre la corteza terrestre; procede de la meteorización mecánica y química de una roca preexistente. Es una interfase entre los sistemas Biosfera, Hidrosfera, Geosfera y Atmósfera. Es necesario para que se cierren los ciclos de la materia.
            Su importancia radica en sus usos: soporte de plantas, de edificios, de vías de comunicación, fuente de recursos minerales y de materiales de construcción, de recursos geológicos y paleontológicos, testimonios de la evolución del planeta. Además es receptor de impactos (contaminación, sobreexplotación, erosión, desertización, etc.)

2.- COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA DEL SUELO.
2.1.- Componentes del suelo.
         Inorgánicos.
         Componentes sólidos procedentes de la meteorización de la roca madre, (50% del total de compuestos inorgánicos). Dentro de ellos, determinan la textura del suelo los tamaños de partículas, de mayor a menor: gravas, arenas, limos y arcillas, y determinan la riqueza las sales minerales: SO42-, CO32-, NO2-, NO32-, PO42-, PO3-, óxidos. Las arenas permiten la circulación del agua y las sales, las arcillas impiden dicha circulación y los limos tienen características intermedias. Un suelo con los tres tipos de materiales se dice que es equilibrado.
         Agua en un 25%.
         Aire en un 25%: CO2, O2.
         Orgánicos.
         Materia orgánica que no se ha transformado aún (hojarasca, ramas, excrementos, cadáveres de animales, microorganismos como bacterias, hongos, etc.)
         Humus: es la materia orgánica que ya ha comenzado a transformarse y mineralizarse gracias a los microorganismos descomponedores. Confiere un carácter ácido al suelo. Está íntimamente ligado a las arcillas, formando complejos oligominerales. Gracias a estas uniones el humus queda retenido en las capas superiores del suelo y puede ser aprovechado por las plantas.
2.2.- Estructura del suelo = perfil del suelo.
            El perfil de un suelo es un esquema de las diferentes capas que presenta si lo observamos en sentido vertical. Cada capa horizontal es un horizonte o nivel. El número de horizontes depende del grado de madurez del suelo, que a su vez depende del clima.
Si tuviéramos un suelo completamente formado observaríamos las siguientes capas:


  • Horizonte A de lixiviado. El más superficial, contiene una gran cantidad de humus, por lo que su color es oscuro. Es un horizonte de lavado, las sales minerales son arrastradas hacia abajo por el agua. En esta zona se hallan las raíces de las plantas y se divide a su vez en varios estratos:
    • Nivel A0. Compuesto por hojarasca y residuos orgánicos sin descomponer o muy ligeramente descompuestos.
    • Nivel A1. De color oscuro, pues está formado por humus agregado a materia mineral, confiriendo al suelo su capacidad para retener agua y cationes.
    • Nivel A2. De color claro, aquí domina la materia mineral y el lavado es más intenso. Es una zona de transición al siguiente horizonte.
  • Horizonte B de precipitación. También llamado subsuelo, a veces tiene colores claros por su pobreza en humus y la acumulación de sales de calcio, aluminio o hierro procedentes de los niveles superiores.
  • Horizonte C. Formado por fragmentos procedentes de la meteorización de la roca madre original, o bien por fragmentos depositados por el agua o el viento.
  • Roca madre (horizonte D). Es el material original sobre el que se desarrolla el suelo. Puede ser de distinta naturaleza: una roca dura, compacta e impermeable, una roca blanda, o incluso materiales sueltos.

3.- PROCESO DE FORMACIÓN DE UN SUELO.
            La formación de un suelo es un proceso lentísimo (100 – 10.000 años) que se realiza en sucesivas etapas sobre todas las rocas de la superficie terrestre, transcurriendo paralelamente al fenómeno de sucesión ecológica. Se dice que un suelo alcanza la madurez cuando la sucesión ecológica consigue el clímax. Existen diversos factores que condicionan la formación de un suelo.

3.1.- Factores que condicionan la formación del suelo.
a)     Climáticos. Condicionan el tipo de meteorización de la roca madre y su evolución. Los componentes climáticos más influyentes son:
a.      El balance hídrico (equilibrio entre las entradas por precipitación y las salidas por evaporación), de modo que si predomina la precipitación aumenta la lixiviación o lavado de iones hacia abajo, y si predomina la evaporación aumenta el ascenso de sales por capilaridad, aflorando y formando costras superficiales o caliches.
b.      El aumento de Tª, que incrementa la velocidad de las reacciones químicas y biológicas que se producen en el suelo.
b)     La topografía. La pendiente favorece la erosión, dificultándose la formación del suelo; la orientación al sol determina la existencia o no de humedad.
c)      La naturaleza de la roca madre. Algunas rocas, como arcillas y calizas, son blandas y fáciles de meteorizar, mientras que otras son duras y difíciles de transformar como el granito.
d)     La actividad biológica. Si hay muchos organismos descomponedores contribuyen a la formación del suelo, pues transforman la materia orgánica contenida en él.
e)     El tiempo. Muy importante, pues el suelo se forma a un ritmo lentísimo (en nuestras latitudes se genera 1 cm. de suelo cada 500 años), y sin embargo su destrucción puede ser rapidísima. Por eso el suelo se considera como un recurso no renovable.

3.1.- Edafogénesis o proceso de formación de un suelo.
            El suelo es el resultado de la alteración de la materia mineral bajo la acción de diversos factores climáticos y bióticos. La edafogénesis consta de tres fases:
             I.      Descomposición y alteración del material original. Se produce por meteorización física o mecánica, química y biológica.
          II.      Formación de materia orgánica o humus. Al irse fragmentando las rocas pueden irse enraizando plantas que continúan el proceso de ruptura. Como cada vez crecen más, muchos animales comienzan a instalarse allí. Cuando todo va muriendo, será descompuesto y formará una cubierta llamada humus.
       III.      Formación y transporte de material soluble. El agua de lluvia arrastra los materiales hacia abajo, provocando una diferenciación vertical. En épocas de sequía este proceso de arrastre o lavado se invierte, pues el agua asciende por capilaridad.

4.- CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS.
            Existen suelos con una mayor dependencia del tipo de clima llamados zonales, mientras que los que son independientes del clima son los suelos azonales.
4.1.- Suelos zonales.
            Coinciden con las zonas climáticas terrestres. En los polos o los desiertos no se forman horizontes, por lo que estudiaremos sólo los suelos de zonas climáticas intermedias.
4.1.1.- Zonas húmedas y frías: Podsoles.
  • Se dan en zonas de clima frío y en los templados frescos con muchas lluvias.
  • Es un suelo bastante ácido, pues contiene mucho humus de descomposición lenta.
  • Hay un fuerte lixiviado que provoca la migración de cationes al horizonte B, que es de color oscuro, mientras que el horizonte A2 es de color claro.
  • Típico de bosques de Coníferas (Taiga). En España existe en zonas de pinares situados sobre sustratos ácidos (granitos).
4.1.2.- Zonas templadas: suelos pardos.
  • Son el resultado de la alternancia de estaciones lluviosa-seca. En la estación húmeda se produce el lixiviado de iones, mientras que en la estación seca se produce su ascenso capilar. De ahí la formación de suelos pardos, de pH intermedio.
  • Hay una gran cantidad de necromasa y humus que se descompone muy lentamente debido a las limitaciones climáticas.
  • En estos suelos se desarrolla el bosque caducifolio (hayas, robles) y el esclerófilo (encinas).
  • En los lugares de clima continental, estos suelos reciben el nombre de Chernozen. Como no llueve casi, no pierden iones por lixiviado, presentando un horizonte A oscuro y rico en bases y humus, apto para el cultivo, y un horizonte B de color claro.
4.1.3.- Climas áridos: suelos rojos.
  • En lugares donde las precipitaciones son muy escasas el ascenso capilar de iones es constante. Esto da lugar a costras superficiales de yeso o sales, formándose caliches y rosas del desierto.
  • Los niveles superiores de estos suelos son pedregosos (debido a la existencia de vientos que arrastran las partículas finas), de un color rojizo y con muy poco humus.
  • Como en el nivel B se acumula arcilla y CaCO3, a estos suelos se les llama rojos.
 4.1.4.- Zonas tropicales.
  • En estas zonas, las elevadas temperaturas (25ºC de media) y las abundantes precipitaciones favorecen la descomposición de la materia orgánica, con lo que no se llega a acumular humus y por eso el horizonte A es muy delgado.
  • La ausencia de humus hace que el suelo tenga un fuerte carácter básico, lo que provoca una intensa hidrólisis de la roca granítica. El cuarzo se disuelve, los minerales arcillosos alumínicos se transforman en bauxita (Al2O3 · n H2O) y los de hierro en limonita (Fe2O3 · n H2O), que precipitan junto con la arcilla sobre el horizonte B, formando unas costras duras llamadas lateritas. Si se erosiona el horizonte A, afloran, impidiendo el asentamiento de la vegetación. Sin embargo, son la principal fuente de aluminio en estas zonas. (Figura derecha)

4.2.- Suelos azonales.
Son suelos inmaduros que se hallan estancados en las primeras etapas de su desarrollo por no haber actuado sobre ellos los factores edafogenéticos durante el tiempo suficiente. Los caracteres predominantes son los debidos al tipo de roca madre: si ésta es silícea se denominan ranker; si es caliza, rendsinas, y si los suelos se forman en lugares con bajas temperaturas y elevadas precipitaciones, acumulándose humus muy ácido y arcillas de color gris azulado, se hablará de gley.
                  

5.- EROSIÓN DEL SUELO Y DESERTIZACIÓN.
            La erosión es un proceso geológico natural que puede verse intensificado por la actividad del hombre, contribuyendo al proceso de desertización que, por desgracia, sufren muchas zonas terrestres.
            La erosión provoca otros efectos graves: aterramiento o colmatación de embalses, agravamiento de inundaciones, deterioro de ecosistemas, formación y acúmulo de arenales y graveras y pérdida de suelo fértil. Todo ello fomenta la desertización.

5.1.- Factores que influyen en el riesgo de erosión.
            La erosión se ve afectada por varios factores: el clima, el relieve, el tipo de suelo, el tipo de vegetación y los usos humanos (una tala o un incendio potencian la erosión). Todos estos factores se agrupan en dos: erosividad y erosionabilidad.
5.1.1.- Erosividad.
            Representa la capacidad erosiva del agente geológico predominante (lluvia, hielo, viento) que depende del clima. Con ellos se elaboran mapas de erosividad a escala nacional.
            La erosividad se evalúa con varios tipos de índices:
a)     Índice de aridez (I) o de Martonne. Su valor se calcula mediante I=P/t+10, siendo t = Tª media anual, y P precipitación anual total (cantidad total de agua caída en litros/año). Con los resultados obtenidos se hacen mapas de aridez.
b)     Índice de agresividad climática (Ia). Su fórmula es Ia=p2/P; siendo p precipitación del mes más lluvioso y P precipitación anual total. Con este índice se observa el reparto de lluvias a lo largo del año, comprobándose que la lluvia es más dañina cuanto más esporádica pero torrencial sea, porque por ejemplo si toda el agua del año cae en un mismo mes, p será igual a P, y la agresividad climática será máxima (100% o 1), por tanto, más dañina.
c)      Índice de erosión pluvial (R). Es el índice medio anual de la erosividad de la lluvia: R = E · I30/100, siendo E la energía cinética de la lluvia e I30 su intensidad máxima en litros por m2 caídos durante 30 minutos.
5.1.2.- Erosionabilidad.
            Expresa la susceptibilidad del sustrato para ser movilizado. Depende del tipo de suelo, de la pendiente y de la cobertera vegetal. Permite elaborar mapas de erosionabilidad a escala local. Los valores más utilizados para medirla son:
         Inclinación de las pendientes (S). Cuando la pendiente es superior al 15%, conlleva riesgo de erosión. Se calcula con la diferencia entre curvas de nivel.
         Índice de protección vegetal (Ip), calculado a partir de la cubierta vegetal, siendo 1=valor máximo. También se puede calcular el grado de erosionabilidad: Gr = 1-Ip.
         Susceptibilidad del terreno o índice de resistencia litológica. Depende de la textura, estructura y de la materia orgánica del terreno.

5.2.- Métodos de evaluación de la erosión.
            Para predecir y prevenir la erosión se hace necesaria la elaboración de mapas de riesgo a partir de los factores expuestos anteriormente.
5.2.1.- Métodos directos.
            Son aplicables en una zona concreta; permiten conocer con bastante exactitud la velocidad y magnitud de la erosión. Existen dos tipos de indicadores directos:
         Indicadores físicos: evalúan el grado de erosión en función de marcas o incisiones y manchas observables sobre el terreno. Así existen 3 grados de erosión:
        Grado 1: erosión laminar. Se produce en el horizonte más superficial, donde se observan zonas desprovistas de vegetación; el suelo está poco cohesionado y con escasa materia orgánica.
        Grado 2: erosión en surcos. El agua de escorrentía se concentra y se abren incisiones de varios centímetros. Se observa en los taludes de carreteras.
        Grado 3: erosión en cárcavas. Las aguas de escorrentía abren surcos más profundos y anchos, originando las cárcavas o “bad-lands”.
Otros indicadores físicos son la reptación, la solifluxión, la formación de túneles en el terreno, las costras superficiales del terreno por deterioro de materia orgánica y las manchas blanquecinas debido al acúmulo de sales por ascenso capilar o por el desgaste de niveles superiores.
  • Indicadores biológicos: basados en la vegetación.
        Grado nulo: vegetación densa y sin raíces visibles.
        Grado bajo: vegetación aclarada y ligera exposición de las raíces. Pedestales de erosión (acúmulo de suelo y piedras) < 1 cm.
        Grado medio: vegetación aclarada, raíces expuestas, pedestales de erosión de 1 a 5 cm.
        Grado alto: raíces muy expuestas, grandes pedestales de 5 a 10 cm. y presencia de regueros.
        Grado muy alto: presencia de barrancos y cárcavas.
5.2.2.- Métodos indirectos.
El método indirecto más frecuentemente utilizado es la “Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (USLE)”:     A = R · K · L · S · C · P
A= pérdida media anual de suelo en T/ha. Se calcula que para España suelen ser unos 1.150 millones de toneladas al año.
R= factor de erosividad de la lluvia (índice EI30). Se calcula multiplicando la energía cinética del aguacero por la intensidad máxima en litros caídos por m2 durante 30 minutos.
K= factor de erosionabilidad del suelo. Expresa la influencia en la erosión de las propiedades físico-químicas del suelo, tales como permeabilidad, resistencia a la dispersión, capacidad de retención de agua, abrasión o infiltración. Se determina experimentalmente en las parcelas patrón según el Ip (cubierta vegetal) y el Ir (resistencia biológica).
L= Factor de longitud de pendiente. Es la distancia en metros desde la zona de erosión o escorrentía hasta donde aparecen los depósitos sedimentarios.
S= Factor de inclinación de la pendiente en %. Relaciona las pérdidas de suelo entre una parcela de cualquier pendiente y otra con una pendiente estándar del 9%. Existen tablas para consultar.
C= Factor de ordenación de cultivos. Relaciona las pérdidas de suelo entre una parcela con un cultivo o vegetación determinada y otra en barbecho. Existen tablas para consultar.
P= Factor de control de la erosión mediante prácticas de cultivo. Este factor informa sobre la conveniencia o no del empleo de medidas preventivas para evitar la erosión tales como abancalamiento, arado siguiendo las curvas de nivel o la vegetación, etc.

5.3.- Control y recuperación de las zonas erosionadas.
5.3.1.- Control de la erosión en tierras cultivadas.
            El mejor medio de control es dar a las tierras un uso compatible con sus características del terreno, plantando vegetales adecuados y fomentando la rotación de cultivos (ordenación del territorio).
            Para recuperar las zonas erosionadas se trata de frenar o detener los procesos erosivos mediante planes que incluyen:

  • Aumentar la infiltración y disminuir la escorrentía aplicando técnicas de arado siguiendo las curvas de nivel o haciendo terrazas con muros que impidan la erosión.
  • Evitar el retroceso de los barrancos construyendo diques en las cárcavas o haciendo repoblaciones forestales con especies autóctonas.
  • No cultivar en las pendientes, dejarlas para pastizales estables para el ganado.
  • Reforestar e instalar cortafuegos en zonas marginales.
  • Aplicar medidas contra la erosión eólica, instalando barreras cortaviento de tipo vegetal o artificial.
5.3.2.- Control de la erosión originada por obras.
            Las construcciones lineales como carreteras producen cortes en las laderas, dando lugar a la formación de cárcavas, barrancos y deslizamientos que provocan una gran erosión.
            Se pueden minimizar estos efectos tomando medidas en lugares con peligro de deslizamientos como: la construcción adaptada a la geomorfología, la realización de cunetas y drenajes adecuados, la repoblación de taludes y la construcción de muros de contención.

5.4.- Desertización y desertificación.
            Es el proceso de degradación ecológica por el cual la tierra productiva pierde parte o todo su potencial de producción, apareciendo condiciones desérticas.
            Desertización es un concepto empleado para indicar la degradación del suelo por causas naturales que pueden agravarse por la intervención humana, o lo que es lo mismo: es el resultado de la confluencia de factores climáticos adversos (sequía, precipitaciones esporádicas pero torrenciales) con factores antrópicos (exceso de riego, sobrepastoreo, malos usos de los cultivos, etc.)
            Los procesos que pueden dar lugar a la desertización son:
  • Degradación química. Por pérdida de fertilidad al lavarse los nutrientes o por acidificación, por toxicidad del suelo debido a contaminantes, o por salinización o alcalinización de los suelos por acúmulo de sales.
  • Degradación física. Por compactación con máquinas o por el continuo pisoteo.
  • Degradación biológica. Por pérdida de materia orgánica o mineralización del humus.
  • Erosión hídrica o eólica. La primera es la principal causa de erosión en España.
Hablamos de desertificación para indicar el proceso de degradación del suelo debido exclusivamente a causas antrópicas, como pueden ser la ganadería extensiva en pastos pobres o frágiles, la tala excesiva en tierras secas, la deforestación en vertientes altas, sobreexplotación agrícola de suelos pobres y prácticas de irrigación inadecuadas.

5.4.1.- Erosión y desertización en España.
            Según la clasificación de Nairobi, España es el único país europeo con alto riesgo de desertización por erosión de sus suelos. Cada año se pierden unos 1.150 millones de toneladas de suelo fértil debido a la erosión y desertización a causa de prácticas agrícolas y forestales inadecuadas, incendios, obras públicas y actividades mineras.
            El paisaje español, de fuertes pendientes y acusado relieve, con un clima mediterráneo con precipitaciones irregulares y a veces torrenciales, donde abundan los terrenos arcillosos de difícil drenaje y degradados por una precaria gestión de los recursos hídricos y una inadecuada política forestal y agraria, favorece la acción devastadora de la erosión. El 26% de la superficie de España está afectada por fenómenos de erosión grave.

6.- RECURSOS DE LA BIOSFERA.
6.1.- Recursos forestales.
            Desde el comienzo de la agricultura, los bosques se han ido reduciendo considerablemente hasta ocupar 1/3 de su superficie original, sobre todo los bosques templados, muy adecuados para la agricultura.
6.1.1.- Destrucción del bosque.
Las principales causas de la deforestación son: la agricultura y el pastoreo, la lluvia ácida, la obtención de madera, los incendios, el desarrollo urbano y las enfermedades.
6.1.2.- Beneficios del bosque.
  • Los bosques crean suelo y moderan el clima, amortiguando contrastes térmicos.
  • Controlan las inundaciones.
  • Almacenan agua y previenen las sequías.
  • Amortiguan la erosión, sobre todo en las pendientes.
  • Albergan y soportan la mayor parte de las especies vivientes de la Tierra, en ellos la biodiversidad es alta.
  • Toman y fijan CO2, rebajando de esta forma el efecto invernadero y ayudando al reciclaje del N y otros nutrientes.
  • Proporcionan combustible en forma de leña y carbón, madera para uso humano, y de ellos se extraen medicinas, aceites, gomas, resinas, frutos, materias textiles, tintes y forraje para el ganado.
6.1.3.- Uso sostenible del bosque. Consiste en:
  • Aumentar la eficiencia de las industrias madereras (mejorar las redes de transporte, que no se desperdicie nada).
  • Disminuir el uso de papel y aumentar su reciclado.
  • Reducir el consumo de leña en los hogares.
  • Aumentar la plantación de bosques de alto rendimiento, destinados a producir para el consumo humano, en tierras marginales o excesivamente explotadas.
  • Buscar alternativas de empleo de los bosques (en lugar de talar, propiciar la recogida de sus productos: frutos, aceites, medicinas, etc.)

6.2.- Recursos agrícolas y ganaderos.
            La agricultura y la ganadería tradicionalmente estuvieron unidas en un sistema cerrado y ecológicamente eficiente, ya que el ganado no competía por el alimento con el hombre; vacas, ovejas, cabras, cerdos y gallinas se mantenían de paja, hierba, matorrales, bellotas, granos, etc., cosas que el hombre no utiliza para su alimentación directa. Sus excrementos se utilizaban como abono, y se reciclaba.
Al industrializarse la agricultura, la ganadería también lo hace, independizándose ambas para conseguir un mayor rendimiento. La ganadería se concentra ahora en la cría de especies productivas (vacas lecheras, cerdos, pollos, ovejas) en granjas, a las que deben alimentar. El estiércol se acumula en la granja, cuesta mucho su transporte, y los agricultores tienen que comprarlo si quieren abonar.
6.2.1.- La agricultura.
            Hasta la mitad del siglo XX el aumento de la producción agrícola se debió al aumento de las zonas cultivadas. A partir de aquí, debido al incremento de la población y a que la tierra no daba para más, el incremento de la producción de alimentos se consigue intensificando la explotación (productividad) y convirtiéndose la agricultura en industrial.
Esta conversión se llamó “Revolución verde” (hubo dos, una en 1950 para los países desarrollados, y otra en 1970 para los subdesarrollados) en la que se consiguió aumentar la producción agrícola por unidad de superficie cultivada introduciendo semillas como trigo, arroz, maíz, patata, tomate, plátano, caña de azúcar, etc., seleccionadas genéticamente, de crecimiento rápido y mucha productividad, junto con agua, fertilizantes químicos, plaguicidas, etc. Esto permitió alimentar a un mayor número de personas.
            Hoy día existen algunos problemas, como son la degradación del suelo, la toxicidad de los plaguicidas, el clima cambiante que tiende a disminuir la producción, etc.
            La expansión agraria actual se fundamenta en el empleo de productos transgénicos, lo cual puede generar graves problemas ambientales por los impactos que puede desencadenar (eliminación de algunas especies, cruce con variedades naturales, poniendo en peligro la biodiversidad). Se desconoce su toxicidad.
Tipos de agricultura.
  • Tradicional o de subsistencia. Es un tipo de agricultura de supervivencia familiar combinada con la ganadería. Se basa en el trabajo humano y animal, con cultivos en pequeñas parcelas (policultivos), rotativo para no empobrecer todo el suelo. Es propia de países subdesarrollados.
  • Mecanizada, industrializada o intensiva. Se realiza en grandes campos, al margen de la ganadería. Consiste en grandes campos de cultivo donde se invierte mucho gasto en riego, se emplean fertilizantes y plaguicidas. En países desarrollados. Aquí se incluye la “agricultura de plantación” que practican los grandes terratenientes de países subdesarrollados que cultivan café, cacao, tabaco, plátanos, etc., y el “cultivo en invernaderos”, máximo exponente de la explotación agrícola. Hay productos hortícolas en cualquier época del año, pues en los invernaderos se controla todo: Tª, humedad, abonos, etc. También se obtienen varias cosechas al año. A veces se hacen cultivos hidropónicos, donde no hace falta suelo.
Agricultura sostenible.
Es aquella “ecológicamente segura, económicamente sostenible y socialmente justa”. Para ello hay que seguir tres reglas básicas: reciclar, utilizar la luz como fuente de energía y proteger la biodiversidad.
Recomendaciones para una agricultura sostenible:
o   Conservar el suelo y economizar agua.
o   Preservar la biodiversidad.
o   Cultivar plantas adaptadas al clima de cada región.
o   Ahorrar agua fomentando otras formas de riego.
o   Reducir gastos de combustible.
o   Evitar la contaminación por residuos.
o   Policultivos.
o   Emplear fertilizantes orgánicos.
o   Controlar biológicamente las plagas.
o   Luchar contra la erosión.
Agricultura alternativa.
            Este tipo de agricultura hace compatible su actividad con el respeto al medio ambiente, pero no es sostenible. Existen dos tipos:
  • Agricultura integrada. Es como la convencional, pero usa productos químicos y especies seleccionadas genéticamente.
  • Agricultura biológica. Renuncia al uso de productos químicos, sustituyéndolos por abonos orgánicos. Tampoco emplea plaguicidas sintéticos.
6.2.2.- La ganadería.
            Actualmente conviven la ganadería tradicional, como el pastoreo nómada, con la extensiva, en la que el ganado se cría suelto en prados más o menos grandes, y la intensiva, donde se cría al ganado en granjas industrializadas en las que se producen excrementos (purines) que contaminan el suelo y las aguas subterráneas, además de producir malos olores y provocar impacto visual y paisajístico.

6.3.- Recursos de los ecosistemas marinos y costeros.
            Las zonas costeras son las más densamente pobladas, siendo ésta una de las principales agresiones a este medio, junto con las actividades recreativas, de transporte marítimo y pesqueras.
6.3.1.- Impactos de las zonas costeras.
  • Exceso de urbanizaciones y afluencia de turistas, que sobreocupan el suelo y sobreexplotan las aguas.
  • Eutrofización de las aguas por exceso de nutrientes.
  • Contaminación del aire y generación de residuos.
  • Generación de blanquizales, zonas claras desprovistas de vegetación debidas a la destrucción de algas marinas como Posidonia oceanica y Cymodocea, que enraizan en los fondos costeros, protegiéndolos de la erosión y sirviendo de alimento a muchos animales marinos. Estas algas son arrancadas debido a la pesca de arrastre o por la extracción de arenas para regenerar playas.
  • Bioinvasiones, que se originan al limpiar las aguas utilizadas como lastre por los barcos cuando no llevan carga. En estas aguas, que pueden suponer unas 100.000 toneladas por barco, se transportan cerca de 3 millones de organismos vivos. Estas especies crean un problema de pérdida de biodiversidad en las zonas de descarga. Las bioinvasiones más importantes introducidas por el agua de lastre son:
    • El mejillón cebra (Dreissena polymorpha), procedente de Rusia. Elimina a otros depredadores de zooplancton de interés pesquero. Es capaz de llegar a los ríos, lagos y embalses, proliferando y llegando a taponar cañerías de toma de agua de las ciudades o las conducciones de los trasvases.
    • El alga asesina (Caulerpa taxifolia). Originaria de China, Japón y Corea, ha invadido las costas españolas, europeas, de EEUU y Argentina. Se multiplica rápidamente a partir de fragmentos, por lo que se ha convertido en una plaga. Puede hacer desaparecer al alga Posidonia y a las especies autóctonas que sirven de alimento a las tortugas marinas, langostas y salmones.
    • Las mareas rojas, originadas por la proliferación de un alga roja unicelular (Gymnodinium o Alexandrium) oportunista, capaz de producir toxinas con las que envenena a las especies autóctonas como peces, e incluso a los humanos que se alimentan de las especies intoxicadas. Además es capaz de resistir en estado latente durante meses y años en tanques de navíos para, cuando las condiciones sean las adecuadas, proliferar rápidamente.
6.3.2.- La pesca.
Un 20% de las proteínas de origen animal que se consumen en el mundo procede de la pesca. Se pescan unos 100 millones de toneladas al año, unas 40 especies diferentes.
El 72% del total pescado son peces de aguas profundas como el bacalao, la merluza, el lenguado y la raya; y peces de aguas superficiales pelágicos como la sardina, la anchoa, el atún, el salmón, la trucha, etc.
El 2,5% del total son Moluscos (calamar, pulpo, sepia, almejas, mejillones, etc.)
El 4% son Crustáceos (gambas, langostas, langostinos, cangrejos, krill= zooplancton).
El resto de las pescas lo constituyen los mamíferos (ballenas, etc.)
Tipos de artes de pesca: de ellos, actualmente sólo se utilizan tres, los explicados:

a)     Piscifactoría en jaula.                   
b)     Cerco de jareta.            
c)      Enmalle. Se llaman así porque los peces quedan retenidos en las mallas de la red, que puede ser fija sobre el fondo marino o pueden ser redes de deriva que se desplazan en las corrientes. Pueden tener hasta 65 km de largo, y se mantienen cerca de la superficie gracias a flotadores.
d)     Arrastre de fondo. Son redes en forma de saco que se arrastran por el fondo y la superficie. Con ellas se pescan salmonetes, lenguados y pescadillas.                         
e)     Palangre. Es un largo cordel de varios km de longitud del que cuelgan otros más cortos y numerosos terminados en un anzuelo.                                  
Las nuevas técnicas capturan todo tipo de animales, lo que obliga a descartar algunas capturas involuntarias de tortugas, delfines o peces inmaduros.
      Actualmente, la sobreexplotación amenaza con el agotamiento de los recursos pesqueros, pues se pesca a un ritmo superior a la tasa de renovación de la población animal. Se han perdido algunos caladeros y ha disminuido el número de capturas. La pesca se ha centrado en otras especies que ocupan un nivel trófico inferior, pero esto priva de sustento a otros peces y animales.
            En la convención de Naciones Unidas en 1982, 159 países firmaron la Ley del Mar, un tratado por el que cada nación tiene derecho legal a gestionar su propia pesca y la de los países extranjeros en su Zona de Exclusión Económica (ZEE) cuyo límite se fijó en 200 millas. No la firmaron ni EEUU, ni Alemania, ni la antigua URSS, ni Gran Bretaña, alegando que los recursos del mar son Patrimonio de la Humanidad. En este tratado se suprimieron las técnicas de arrastre, se establecieron cuotas de pesca para los países, y se fijaron períodos de vedas y de paradas biológicas para permitir la recuperación de las especies.
6.3.3.- La acuicultura.
            Consiste en la cría de especies acuáticas en cautividad. Es un sistema altamente eficiente, pero requiere espacio y puede causar daños ambientales con pérdida de biodiversidad, ya que hay que pescar mucho para alimentar a las especies del criadero, las especies criadas sustituyen a las autóctonas, se pueden llegar a contaminar las aguas con los residuos generados y otros productos químicos, etc.
6.3.4.- Medidas para evitar la sobreexplotación pesquera.
ü  Explotación racional (Ley del Mar).
ü  Reducir la contaminación por vertidos.
ü  Ampliar la utilización de recursos (otras especies).
ü  Temporadas de vedas y paradas.
ü  Pescar en áreas poco atractivas.
ü  Practicar la acuicultura.
6.4.- Ecosistemas marginales: manglares y arrecifes coralinos.
            Los ecosistemas marginales son las marismas, albuferas y salinas en las zonas templadas, manglares y arrecifes de coral en las zonas tropicales, y deltas y estuarios en las zonas fluviales.
            Estos ecosistemas poseen un tipo de vegetación adaptada al agua salobre y sirven de refugio y hábitat a numerosas especies animales. Son muy vulnerables a la contaminación que llega con los ríos, así como a la presión humana (deforestación y ocupación del territorio). Esta es la causa de su degradación y desaparición.

6.4.1.- Manglares.
Son bosques anfibios de aguas salobres, pobres en O2, situados junto a la desembocadura de los ríos ecuatoriales y tropicales. Se adentran varios km hacia tierra. Los árboles principales son los mangles, de los que existen unas 20 especies.
            Durante la marea alta, los árboles están casi cubiertos, y cuando baja se ven sus raíces. Estos árboles protegen la costa contra la erosión, y poseen una gran biodiversidad y abundantes recursos (madera, carbón, papel, gomas, medicinas, etc.)
            Se calcula que ha desaparecido el 50% de los manglares por tala, contaminación, sustitución del bosque por cultivos como arroz, etc. Actualmente se tala para potenciar la acuicultura de cría de langostinos, y  como consecuencia se producen impactos en las costas por la pesca excesiva para producir harina de pescado (alimento de los langostinos) y su contaminación por antibióticos y otros productos. Por estos motivos desaparecen los cocodrilos, las garzas, los flamencos, los pelícanos, las tortugas marinas, etc.

6.4.2.- Arrecifes coralinos.
            Son uno de los lugares donde más prolifera la vida. Su desarrollo requiere aguas limpias y cálidas (Tª > 20 ºC), extendiéndose por todos los mares tropicales.
            Los corales son celentéreos con un esqueleto calizo segregado por ellos mismos. Se multiplican por gemación, creciendo hasta formar el arrecife. Son animales filtradores en cuyos cuerpos viven algas unicelulares (zooxantelas) en simbiosis, tomando el alga las sustancias de desecho del pólipo y el CO2, con los que realiza la fotosíntesis, produciendo O2 para que respire el pólipo. El arrecife crece al morir los pólipos inferiores, pues queda su esqueleto y los nuevos pólipos se desarrollan sobre ellos, pudiendo llegar incluso a salir al exterior, constituyendo los atolones o islas de coral.
            Los arrecifes coralinos son importantes por su diversidad. Se encuentran en peligro debido a las actividades humanas siguientes:
  • Afluencia excesiva de sedimentos debido a la deforestación de los manglares, lo que provoca la obstrucción y asfixia de los corales.
  • Contaminación de las aguas por vertidos desde tierra o desde barcos petroleros.
  • Enturbiamiento de las aguas por la proliferación de algas oportunistas resultantes de los vertidos de aguas urbanas ricas en nutrientes.
  • Los efectos del excesivo turismo, la destrucción por las anclas de los barcos.
  • Furtivismo y comercio ilegal de coral.
  • Técnicas pesqueras agresivas como la pesca de arrastre.
  • Muerte de zooxantelas debido al aumento de la Tª (cambio climático).
  • Tormentas y huracanes, bioinvasiones.

En 1995 se puso en marcha la ICRI (Iniciativa Internacional sobre los Arrecifes de Coral) para establecer un máximo control sobre estos ecosistemas.

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