CTM. Ud. 12.-
EL
SUELO. RECURSOS DE LA BIOSFERA.
La Biosfera, además de su
biodiversidad, nos ofrece una serie de recursos, como alimentos, madera,
minerales, etc. El suelo es la base de ellos, ya que todos excepto la pesca
dependen de él. Por eso es importante su estudio para conocer su estado de
conservación y deterioro, delimitando las zonas susceptibles para poder adoptar
medidas de protección adecuadas.
El principal problema es la erosión que afecta a muchos países,
entre ellos, España. La erosión es un proceso natural que por desgracia se ve
agravado por la acción del hombre, que deforesta, cultiva de forma inadecuada,
contamina y sobreexplota acuíferos.
Estudiaremos en primer lugar el
suelo, sus interfases, y luego los recursos forestales, agrícolas, ganaderos,
la pesca, etc.
1.- DEFINICIÓN DE SUELO. IMPORTANCIA.
El
suelo
es una capa superficial, disgregada y de
espesor variable que recubre la corteza terrestre; procede de la meteorización mecánica y química de una roca preexistente.
Es una interfase entre los sistemas Biosfera, Hidrosfera, Geosfera y Atmósfera.
Es necesario para que se cierren los ciclos de la materia.
Su importancia radica en sus
usos: soporte de plantas, de edificios, de vías de comunicación, fuente de
recursos minerales y de materiales de construcción, de recursos geológicos y
paleontológicos, testimonios de la evolución del planeta. Además es receptor de
impactos (contaminación, sobreexplotación, erosión, desertización, etc.)
2.- COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA DEL SUELO.
2.1.- Componentes
del suelo.
•
Inorgánicos.
•
Componentes
sólidos procedentes de la meteorización de la roca madre, (50% del
total de compuestos inorgánicos). Dentro de ellos, determinan la textura del suelo los tamaños de
partículas, de mayor a menor: gravas, arenas, limos y arcillas, y determinan la
riqueza las sales minerales: SO42-,
CO32-, NO2-, NO32-,
PO42-, PO3-, óxidos. Las arenas
permiten la circulación del agua y las sales, las arcillas impiden dicha
circulación y los limos tienen características intermedias. Un suelo con los
tres tipos de materiales se dice que es equilibrado.
•
Agua en un
25%.
•
Aire en un
25%: CO2, O2.
•
Orgánicos.
•
Materia orgánica que no se ha transformado aún
(hojarasca, ramas, excrementos, cadáveres de animales, microorganismos como
bacterias, hongos, etc.)
•
Humus: es la materia orgánica
que ya ha comenzado a transformarse y mineralizarse gracias a los
microorganismos descomponedores. Confiere un carácter ácido al suelo. Está
íntimamente ligado a las arcillas, formando complejos
oligominerales. Gracias a estas uniones el humus queda retenido en las
capas superiores del suelo y puede ser aprovechado por las plantas.
2.2.- Estructura
del suelo = perfil del suelo.
El perfil de un suelo es un esquema
de las diferentes capas que presenta si lo observamos en sentido vertical. Cada
capa horizontal es un horizonte o nivel. El número de horizontes depende
del grado de madurez del suelo, que a su vez depende del clima.
Si
tuviéramos un suelo completamente formado observaríamos las siguientes capas:
- Horizonte
A de lixiviado. El más superficial, contiene una
gran cantidad de humus, por lo que su color es oscuro. Es un horizonte de
lavado, las sales minerales son arrastradas hacia abajo por el agua. En
esta zona se hallan las raíces de las plantas y se divide a su vez en
varios estratos:
- Nivel
A0. Compuesto por hojarasca y residuos
orgánicos sin descomponer o muy ligeramente descompuestos.
- Nivel
A1. De color oscuro, pues está formado
por humus agregado a materia mineral, confiriendo al suelo su capacidad
para retener agua y cationes.
- Nivel
A2. De color claro, aquí domina la
materia mineral y el lavado es más intenso. Es una zona de transición al
siguiente horizonte.
- Horizonte
B de precipitación. También llamado subsuelo, a veces
tiene colores claros por su pobreza en humus y la acumulación de sales de
calcio, aluminio o hierro procedentes de los niveles superiores.
- Horizonte
C. Formado por fragmentos procedentes de la
meteorización de la roca madre original, o bien por fragmentos depositados
por el agua o el viento.
- Roca
madre (horizonte D). Es el material original
sobre el que se desarrolla el suelo. Puede ser de distinta naturaleza: una
roca dura, compacta e impermeable, una roca blanda, o incluso materiales
sueltos.
3.- PROCESO DE FORMACIÓN DE UN SUELO.
La formación de un suelo es un
proceso lentísimo (100 – 10.000 años) que se realiza en sucesivas etapas sobre
todas las rocas de la superficie terrestre, transcurriendo paralelamente al
fenómeno de sucesión ecológica. Se dice que un suelo alcanza la madurez cuando
la sucesión ecológica consigue el clímax. Existen diversos factores que
condicionan la formación de un suelo.
3.1.- Factores
que condicionan la formación del suelo.
a)
Climáticos.
Condicionan el tipo de meteorización de la roca madre y su evolución. Los
componentes climáticos más influyentes son:
a.
El balance
hídrico (equilibrio entre las entradas por precipitación y las salidas por
evaporación), de modo que si predomina la precipitación aumenta la lixiviación
o lavado de iones hacia abajo, y si predomina la evaporación aumenta el ascenso
de sales por capilaridad, aflorando y formando costras superficiales o caliches.
b.
El aumento
de Tª, que incrementa la velocidad de las reacciones químicas y biológicas
que se producen en el suelo.
b)
La
topografía. La pendiente favorece la erosión,
dificultándose la formación del suelo; la orientación al sol determina la
existencia o no de humedad.
c)
La
naturaleza de la roca madre. Algunas rocas, como arcillas
y calizas, son blandas y fáciles de meteorizar, mientras que otras son duras y
difíciles de transformar como el granito.
d)
La
actividad biológica. Si hay muchos organismos descomponedores
contribuyen a la formación del suelo, pues transforman la materia orgánica
contenida en él.
e)
El
tiempo. Muy importante, pues el suelo se forma a un ritmo
lentísimo (en nuestras latitudes se genera 1 cm. de suelo cada 500 años), y sin
embargo su destrucción puede ser rapidísima. Por eso el suelo se considera como
un recurso no renovable.
3.1.- Edafogénesis
o proceso de formación de un suelo.
El suelo es el resultado de la
alteración de la materia mineral bajo la acción de diversos factores climáticos
y bióticos. La edafogénesis consta de tres fases:
I.
Descomposición
y alteración del material original. Se produce por meteorización
física o mecánica, química y biológica.
II.
Formación
de materia orgánica o humus. Al irse fragmentando las
rocas pueden irse enraizando plantas que continúan el proceso de ruptura. Como
cada vez crecen más, muchos animales comienzan a instalarse allí. Cuando todo va
muriendo, será descompuesto y formará una cubierta llamada humus.
III. Formación y transporte de
material soluble. El agua de lluvia arrastra los materiales
hacia abajo, provocando una diferenciación vertical. En épocas de sequía este
proceso de arrastre o lavado se invierte, pues el agua asciende por
capilaridad.
4.- CLASIFICACIÓN DE LOS SUELOS.
Existen suelos con una mayor
dependencia del tipo de clima llamados zonales,
mientras que los que son independientes del clima son los suelos azonales.
4.1.- Suelos zonales.
Coinciden con las zonas climáticas
terrestres. En los polos o los desiertos no se forman horizontes, por lo que
estudiaremos sólo los suelos de zonas climáticas intermedias.
4.1.1.-
Zonas húmedas y frías: Podsoles.
- Se dan en zonas de clima frío y en los
templados frescos con muchas lluvias.
- Es un suelo bastante ácido, pues contiene mucho humus de descomposición lenta.
- Hay un fuerte
lixiviado que provoca la
migración de cationes al horizonte B, que es de color oscuro, mientras que
el horizonte A2 es de color claro.
- Típico de bosques de Coníferas (Taiga). En
España existe en zonas de pinares situados sobre sustratos ácidos
(granitos).
4.1.2.-
Zonas templadas: suelos pardos.
- Son el resultado de la alternancia de
estaciones lluviosa-seca. En la estación húmeda se produce el lixiviado de
iones, mientras que en la estación seca se produce su ascenso capilar. De
ahí la formación de suelos pardos, de pH
intermedio.
- Hay una gran cantidad de necromasa y humus
que se descompone muy lentamente debido a las limitaciones climáticas.
- En estos suelos se desarrolla el bosque
caducifolio (hayas, robles) y el esclerófilo (encinas).
- En los lugares de clima continental, estos
suelos reciben el nombre de Chernozen. Como no llueve casi,
no pierden iones por lixiviado, presentando un horizonte A oscuro y rico
en bases y humus, apto para el cultivo, y un horizonte B de color claro.
4.1.3.-
Climas áridos: suelos rojos.
- En lugares donde las precipitaciones son
muy escasas el ascenso capilar de iones es constante. Esto da lugar a
costras superficiales de yeso o sales, formándose caliches y rosas del
desierto.
- Los niveles superiores de estos suelos son
pedregosos (debido a la existencia de vientos que arrastran las partículas
finas), de un color rojizo y con muy poco humus.
- Como en el nivel B se acumula arcilla y
CaCO3, a estos suelos se les llama rojos.
4.1.4.- Zonas
tropicales.
- En estas zonas, las elevadas temperaturas
(25ºC de media) y las abundantes precipitaciones favorecen la
descomposición de la materia orgánica, con lo que no se llega a acumular
humus y por eso el horizonte A es muy delgado.
- La ausencia de humus hace que el suelo
tenga un fuerte carácter básico, lo que provoca una intensa hidrólisis de
la roca granítica. El cuarzo se disuelve, los minerales arcillosos
alumínicos se transforman en bauxita
(Al2O3 · n H2O) y los de hierro en limonita (Fe2O3
· n H2O), que precipitan junto con la arcilla sobre el
horizonte B, formando unas costras duras llamadas lateritas. Si se
erosiona el horizonte A, afloran, impidiendo el asentamiento de la
vegetación. Sin embargo, son la principal fuente de aluminio en estas
zonas. (Figura derecha)
4.2.- Suelos azonales.
Son
suelos inmaduros que se hallan estancados en las primeras etapas de su
desarrollo por no haber actuado sobre ellos los factores edafogenéticos durante
el tiempo suficiente. Los caracteres predominantes son los debidos al tipo de
roca madre: si ésta es silícea se denominan ranker; si es caliza, rendsinas,
y si los suelos se forman en lugares con bajas temperaturas y elevadas
precipitaciones, acumulándose humus muy ácido y arcillas de color gris azulado,
se hablará de gley.
5.- EROSIÓN DEL SUELO Y DESERTIZACIÓN.
La erosión es un proceso geológico
natural que puede verse intensificado por la actividad del hombre,
contribuyendo al proceso de desertización que, por desgracia, sufren muchas
zonas terrestres.
La erosión provoca otros efectos
graves: aterramiento o colmatación de embalses, agravamiento de inundaciones,
deterioro de ecosistemas, formación y acúmulo de arenales y graveras y pérdida
de suelo fértil. Todo ello fomenta la desertización.
5.1.- Factores
que influyen en el riesgo de erosión.
La erosión se ve afectada por varios
factores: el clima, el relieve, el tipo de suelo, el tipo de vegetación y los
usos humanos (una tala o un incendio potencian la erosión). Todos estos
factores se agrupan en dos: erosividad
y erosionabilidad.
5.1.1.-
Erosividad.
Representa la capacidad erosiva del agente geológico predominante (lluvia, hielo,
viento) que depende del clima. Con ellos se elaboran mapas de erosividad a
escala nacional.
La erosividad se evalúa con varios
tipos de índices:
a)
Índice
de aridez (I) o de Martonne. Su
valor se calcula mediante I=P/t+10,
siendo t = Tª media anual, y P precipitación anual total (cantidad total de
agua caída en litros/año). Con los resultados obtenidos se hacen mapas de
aridez.
b)
Índice de agresividad climática (Ia). Su
fórmula es Ia=p2/P;
siendo p precipitación del mes más lluvioso y P precipitación anual total. Con
este índice se observa el reparto de lluvias a lo largo del año, comprobándose
que la lluvia es más dañina cuanto más esporádica pero torrencial sea, porque
por ejemplo si toda el agua del año cae en un mismo mes, p será igual a P,
y la agresividad climática será máxima (100% o 1), por tanto, más dañina.
c)
Índice de erosión pluvial (R). Es el índice medio anual de la erosividad de la lluvia: R = E · I30/100, siendo E la
energía cinética de la lluvia e I30 su intensidad máxima en litros
por m2 caídos durante 30 minutos.
5.1.2.-
Erosionabilidad.
Expresa la susceptibilidad del sustrato para ser movilizado. Depende del
tipo de suelo, de la pendiente y de la cobertera vegetal. Permite elaborar
mapas de erosionabilidad a escala local. Los valores más utilizados para
medirla son:
•
Inclinación
de las pendientes (S). Cuando la pendiente es superior
al 15%, conlleva riesgo de erosión. Se calcula con la diferencia entre curvas
de nivel.
•
Índice
de protección vegetal (Ip), calculado a partir de la
cubierta vegetal, siendo 1=valor máximo. También se puede calcular el grado de erosionabilidad: Gr = 1-Ip.
•
Susceptibilidad
del terreno o índice
de resistencia litológica. Depende de la textura, estructura y de la materia
orgánica del terreno.
5.2.- Métodos de
evaluación de la erosión.
Para predecir y prevenir la erosión
se hace necesaria la elaboración de mapas de riesgo a partir de los factores
expuestos anteriormente.
5.2.1.-
Métodos directos.
Son aplicables en una zona concreta;
permiten conocer con bastante exactitud la velocidad y magnitud de la erosión.
Existen dos tipos de indicadores directos:
•
Indicadores
físicos: evalúan el grado de erosión en función de marcas o
incisiones y manchas observables sobre el terreno. Así existen 3 grados de
erosión:
–
Grado 1: erosión laminar. Se produce en el horizonte más superficial, donde
se observan zonas desprovistas de vegetación; el suelo está poco cohesionado y
con escasa materia orgánica.
–
Grado 2: erosión en surcos. El agua de escorrentía se concentra y se abren
incisiones de varios centímetros. Se observa en los taludes de carreteras.
–
Grado 3: erosión en cárcavas. Las aguas de escorrentía abren surcos más
profundos y anchos, originando las cárcavas o “bad-lands”.
Otros
indicadores físicos son la reptación,
la solifluxión, la formación de túneles en el terreno, las costras superficiales del terreno por
deterioro de materia orgánica y las manchas
blanquecinas debido al acúmulo de
sales por ascenso capilar o por el desgaste de niveles superiores.
- Indicadores
biológicos: basados en la vegetación.
–
Grado nulo: vegetación
densa y sin raíces visibles.
–
Grado bajo:
vegetación aclarada y ligera exposición de las raíces. Pedestales de erosión
(acúmulo de suelo y piedras) < 1 cm.
–
Grado medio: vegetación
aclarada, raíces expuestas, pedestales de erosión de 1 a 5 cm.
–
Grado alto:
raíces muy expuestas, grandes pedestales de 5 a 10 cm. y presencia de regueros.
–
Grado muy alto: presencia
de barrancos y cárcavas.
5.2.2.-
Métodos indirectos.
El
método indirecto más frecuentemente utilizado es la “Ecuación Universal de Pérdida de Suelo (USLE)”: A = R
· K · L · S · C · P
A= pérdida media anual de suelo en T/ha. Se calcula que para España
suelen ser unos 1.150 millones de toneladas al año.
R= factor de erosividad de la lluvia (índice EI30). Se
calcula multiplicando la energía cinética del aguacero por la intensidad máxima
en litros caídos por m2 durante 30 minutos.
K= factor de erosionabilidad del suelo. Expresa la influencia en la
erosión de las propiedades físico-químicas del suelo, tales como permeabilidad,
resistencia a la dispersión, capacidad de retención de agua, abrasión o
infiltración. Se determina experimentalmente en las parcelas patrón según el Ip
(cubierta vegetal) y el Ir (resistencia biológica).
L= Factor de longitud de pendiente. Es la distancia en metros desde la
zona de erosión o escorrentía hasta donde aparecen los depósitos sedimentarios.
S= Factor de inclinación de la pendiente en %. Relaciona las pérdidas
de suelo entre una parcela de cualquier pendiente y otra con una pendiente
estándar del 9%. Existen tablas para consultar.
C= Factor de ordenación de cultivos. Relaciona las pérdidas de suelo
entre una parcela con un cultivo o vegetación determinada y otra en barbecho.
Existen tablas para consultar.
P= Factor de control de la erosión mediante prácticas de cultivo. Este factor informa sobre la conveniencia o
no del empleo de medidas preventivas para evitar la erosión tales como
abancalamiento, arado siguiendo las curvas de nivel o la vegetación, etc.
5.3.- Control y
recuperación de las zonas erosionadas.
5.3.1.-
Control de la erosión en tierras
cultivadas.
El mejor medio de control es dar a
las tierras un uso compatible con sus características del terreno, plantando
vegetales adecuados y fomentando la rotación de cultivos (ordenación del territorio).
Para recuperar las zonas erosionadas
se trata de frenar o detener los procesos erosivos mediante planes que
incluyen:
- Aumentar la infiltración y disminuir la
escorrentía aplicando técnicas de arado siguiendo las curvas de nivel o
haciendo terrazas con muros que impidan la erosión.
- Evitar el retroceso de los barrancos
construyendo diques en las cárcavas o haciendo repoblaciones forestales
con especies autóctonas.
- No cultivar en las pendientes, dejarlas
para pastizales estables para el ganado.
- Reforestar e instalar cortafuegos en zonas
marginales.
- Aplicar medidas contra la erosión eólica,
instalando barreras cortaviento de tipo vegetal o artificial.
5.3.2.-
Control de la erosión originada por
obras.
Las construcciones lineales como
carreteras producen cortes en las laderas, dando lugar a la formación de
cárcavas, barrancos y deslizamientos que provocan una gran erosión.
Se pueden minimizar estos efectos
tomando medidas en lugares con peligro de deslizamientos como: la construcción
adaptada a la geomorfología, la realización de cunetas y drenajes adecuados, la
repoblación de taludes y la construcción de muros de contención.
5.4.- Desertización
y desertificación.
Es el proceso de degradación ecológica por el cual la tierra productiva
pierde parte o todo su potencial de producción, apareciendo condiciones
desérticas.
Desertización
es un concepto empleado para indicar la degradación del suelo por causas
naturales que pueden agravarse por la intervención humana, o lo que es lo
mismo: es el resultado de la confluencia de factores climáticos adversos (sequía,
precipitaciones esporádicas pero torrenciales) con factores antrópicos (exceso
de riego, sobrepastoreo, malos usos de los cultivos, etc.)
Los procesos que pueden dar lugar a
la desertización son:
- Degradación
química. Por pérdida de fertilidad al lavarse los
nutrientes o por acidificación, por toxicidad del suelo debido a
contaminantes, o por salinización o alcalinización de los suelos por acúmulo
de sales.
- Degradación
física. Por compactación con máquinas o por el
continuo pisoteo.
- Degradación
biológica. Por pérdida de materia orgánica o
mineralización del humus.
- Erosión
hídrica o eólica. La primera es la principal causa de
erosión en España.
Hablamos
de desertificación para indicar el
proceso de degradación del suelo debido exclusivamente a causas antrópicas,
como pueden ser la ganadería extensiva en pastos pobres o frágiles, la tala
excesiva en tierras secas, la deforestación en vertientes altas,
sobreexplotación agrícola de suelos pobres y prácticas de irrigación
inadecuadas.
5.4.1.-
Erosión y desertización en España.
Según la clasificación de Nairobi,
España es el único país europeo con alto riesgo de desertización por erosión de
sus suelos. Cada año se pierden unos 1.150 millones de toneladas de suelo
fértil debido a la erosión y desertización a causa de prácticas agrícolas y
forestales inadecuadas, incendios, obras públicas y actividades mineras.
El paisaje español, de fuertes
pendientes y acusado relieve, con un clima mediterráneo con precipitaciones
irregulares y a veces torrenciales, donde abundan los terrenos arcillosos de
difícil drenaje y degradados por una precaria gestión de los recursos hídricos
y una inadecuada política forestal y agraria, favorece la acción devastadora de
la erosión. El 26% de la superficie de España está afectada por fenómenos de
erosión grave.
6.- RECURSOS DE LA BIOSFERA.
6.1.- Recursos
forestales.
Desde el comienzo de la agricultura,
los bosques se han ido reduciendo considerablemente hasta ocupar 1/3 de su
superficie original, sobre todo los bosques templados, muy adecuados para la
agricultura.
6.1.1.-
Destrucción del bosque.
Las
principales causas de la deforestación son: la agricultura y el pastoreo,
la lluvia ácida, la obtención de madera, los incendios, el desarrollo
urbano y las enfermedades.
6.1.2.-
Beneficios del bosque.
- Los bosques crean suelo y moderan el clima,
amortiguando contrastes térmicos.
- Controlan las inundaciones.
- Almacenan agua y previenen las sequías.
- Amortiguan la erosión, sobre todo en las
pendientes.
- Albergan y soportan la mayor parte de las
especies vivientes de la Tierra, en ellos la biodiversidad es alta.
- Toman y fijan CO2, rebajando de
esta forma el efecto invernadero y ayudando al reciclaje del N y otros
nutrientes.
- Proporcionan combustible en forma de leña y
carbón, madera para uso humano, y de ellos se extraen medicinas, aceites,
gomas, resinas, frutos, materias textiles, tintes y forraje para el
ganado.
6.1.3.-
Uso sostenible del bosque.
Consiste en:
- Aumentar la eficiencia de las industrias
madereras (mejorar las redes de transporte, que no se desperdicie nada).
- Disminuir el uso de papel y aumentar su
reciclado.
- Reducir el consumo de leña en los hogares.
- Aumentar la plantación de bosques de alto
rendimiento, destinados a producir para el consumo humano, en tierras
marginales o excesivamente explotadas.
- Buscar alternativas de empleo de los
bosques (en lugar de talar, propiciar la recogida de sus productos:
frutos, aceites, medicinas, etc.)
6.2.- Recursos
agrícolas y ganaderos.
La agricultura y la ganadería
tradicionalmente estuvieron unidas en un sistema cerrado y ecológicamente
eficiente, ya que el ganado no competía por el alimento con el hombre; vacas,
ovejas, cabras, cerdos y gallinas se mantenían de paja, hierba, matorrales,
bellotas, granos, etc., cosas que el hombre no utiliza para su alimentación
directa. Sus excrementos se utilizaban como abono, y se reciclaba.
Al
industrializarse la agricultura, la ganadería también lo hace, independizándose
ambas para conseguir un mayor rendimiento. La ganadería se concentra ahora en
la cría de especies productivas (vacas lecheras, cerdos, pollos, ovejas) en
granjas, a las que deben alimentar. El estiércol se acumula en la granja,
cuesta mucho su transporte, y los agricultores tienen que comprarlo si quieren
abonar.
6.2.1.-
La agricultura.
Hasta la mitad del siglo XX el
aumento de la producción agrícola se debió al aumento de las zonas cultivadas.
A partir de aquí, debido al incremento de la población y a que la tierra no
daba para más, el incremento de la producción de alimentos se consigue
intensificando la explotación (productividad) y convirtiéndose la agricultura
en industrial.
Esta
conversión se llamó “Revolución verde” (hubo dos, una en
1950 para los países desarrollados, y otra en 1970 para los subdesarrollados)
en la que se consiguió aumentar la producción agrícola por unidad de superficie
cultivada introduciendo semillas como trigo, arroz, maíz, patata, tomate,
plátano, caña de azúcar, etc., seleccionadas genéticamente, de crecimiento
rápido y mucha productividad, junto con agua, fertilizantes químicos,
plaguicidas, etc. Esto permitió alimentar a un mayor número de personas.
Hoy día existen algunos problemas,
como son la degradación del suelo, la toxicidad de los plaguicidas, el clima
cambiante que tiende a disminuir la producción, etc.
La expansión agraria actual se
fundamenta en el empleo de productos transgénicos,
lo cual puede generar graves problemas ambientales por los impactos que puede
desencadenar (eliminación de algunas especies, cruce con variedades naturales,
poniendo en peligro la biodiversidad). Se desconoce su toxicidad.
Tipos de agricultura.
- Tradicional
o de subsistencia. Es un tipo de agricultura de
supervivencia familiar combinada con la ganadería. Se basa en el trabajo
humano y animal, con cultivos en pequeñas parcelas (policultivos),
rotativo para no empobrecer todo el suelo. Es propia de países
subdesarrollados.
- Mecanizada,
industrializada o intensiva. Se realiza en grandes
campos, al margen de la ganadería. Consiste en grandes campos de cultivo
donde se invierte mucho gasto en riego, se emplean fertilizantes y
plaguicidas. En países desarrollados. Aquí se incluye la “agricultura de plantación” que
practican los grandes terratenientes de países subdesarrollados que
cultivan café, cacao, tabaco, plátanos, etc., y el “cultivo en invernaderos”, máximo exponente de la explotación
agrícola. Hay productos hortícolas en cualquier época del año, pues en los
invernaderos se controla todo: Tª, humedad, abonos, etc. También se
obtienen varias cosechas al año. A veces se hacen cultivos hidropónicos,
donde no hace falta suelo.
Agricultura sostenible.
Es
aquella “ecológicamente segura,
económicamente sostenible y socialmente justa”. Para ello hay que seguir
tres reglas básicas: reciclar, utilizar
la luz como fuente de energía y proteger la biodiversidad.
Recomendaciones
para una agricultura sostenible:
o
Conservar el suelo y economizar agua.
o
Preservar la biodiversidad.
o
Cultivar plantas adaptadas al clima de cada
región.
o
Ahorrar agua fomentando otras formas de riego.
o
Reducir gastos de combustible.
o
Evitar la contaminación por residuos.
o
Policultivos.
o
Emplear fertilizantes orgánicos.
o
Controlar biológicamente las plagas.
o
Luchar contra la erosión.
Agricultura alternativa.
Este tipo de agricultura hace
compatible su actividad con el respeto al medio ambiente, pero no es sostenible.
Existen dos tipos:
- Agricultura
integrada. Es como la convencional, pero usa
productos químicos y especies seleccionadas genéticamente.
- Agricultura
biológica. Renuncia al uso de productos químicos,
sustituyéndolos por abonos orgánicos. Tampoco emplea plaguicidas
sintéticos.
6.2.2.-
La ganadería.
Actualmente conviven la ganadería tradicional, como el pastoreo nómada, con la extensiva, en la que el ganado se cría suelto en prados más o menos
grandes, y la intensiva, donde se
cría al ganado en granjas industrializadas en las que se producen excrementos
(purines) que contaminan el suelo y las aguas subterráneas, además de producir
malos olores y provocar impacto visual y paisajístico.
6.3.- Recursos
de los ecosistemas marinos y costeros.
Las zonas costeras son las más
densamente pobladas, siendo ésta una de las principales agresiones a este
medio, junto con las actividades recreativas, de transporte marítimo y
pesqueras.
6.3.1.-
Impactos de las zonas costeras.
- Exceso
de urbanizaciones y afluencia de turistas, que sobreocupan el suelo y
sobreexplotan las aguas.
- Eutrofización
de las aguas por exceso de nutrientes.
- Contaminación
del aire y generación de residuos.
- Generación
de blanquizales, zonas claras desprovistas de vegetación
debidas a la destrucción de algas marinas como Posidonia oceanica y Cymodocea, que enraizan en los fondos costeros,
protegiéndolos de la erosión y sirviendo de alimento a muchos animales
marinos. Estas algas son arrancadas debido a la pesca de arrastre o por la
extracción de arenas para regenerar playas.
- Bioinvasiones, que
se originan al limpiar las aguas utilizadas como lastre por los barcos cuando
no llevan carga. En estas aguas, que pueden suponer unas 100.000 toneladas
por barco, se transportan cerca de 3 millones de organismos vivos. Estas
especies crean un problema de pérdida de biodiversidad en las zonas de
descarga. Las bioinvasiones más importantes introducidas por el agua de
lastre son:
- El mejillón cebra (Dreissena polymorpha), procedente de Rusia. Elimina a
otros depredadores de zooplancton de interés pesquero. Es capaz de llegar
a los ríos, lagos y embalses, proliferando y llegando a taponar cañerías
de toma de agua de las ciudades o las conducciones de los trasvases.
- El alga asesina (Caulerpa taxifolia). Originaria de China, Japón y
Corea, ha invadido las costas españolas, europeas, de EEUU y Argentina.
Se multiplica rápidamente a partir de fragmentos, por lo que se ha
convertido en una plaga. Puede hacer desaparecer al alga Posidonia y a las especies
autóctonas que sirven de alimento a las tortugas marinas, langostas y
salmones.
- Las mareas rojas, originadas por la proliferación
de un alga roja unicelular (Gymnodinium
o Alexandrium)
oportunista, capaz de producir toxinas con las que envenena a las
especies autóctonas como peces, e incluso a los humanos que se alimentan
de las especies intoxicadas. Además es capaz de resistir en estado latente
durante meses y años en tanques de navíos para, cuando las condiciones
sean las adecuadas, proliferar rápidamente.
6.3.2.-
La pesca.
Un
20% de las proteínas de origen animal que se consumen en el mundo procede de la
pesca. Se pescan unos 100 millones de toneladas al año, unas 40 especies
diferentes.
El
72% del total pescado son peces de aguas profundas como el bacalao, la merluza,
el lenguado y la raya; y peces de aguas superficiales pelágicos como la
sardina, la anchoa, el atún, el salmón, la trucha, etc.
El
2,5% del total son Moluscos (calamar, pulpo, sepia, almejas, mejillones, etc.)
El
4% son Crustáceos (gambas, langostas, langostinos, cangrejos, krill=
zooplancton).
El
resto de las pescas lo constituyen los mamíferos (ballenas, etc.)
Tipos de artes de pesca: de
ellos, actualmente sólo se utilizan tres, los explicados:
a)
Piscifactoría
en jaula.
b)
Cerco
de jareta.
c)
Enmalle. Se
llaman así porque los peces quedan retenidos en las mallas de la red, que puede
ser fija sobre el fondo marino o
pueden ser redes de deriva que se
desplazan en las corrientes. Pueden tener hasta 65 km de largo, y se mantienen
cerca de la superficie gracias a flotadores.
d)
Arrastre
de fondo. Son redes en forma de saco que se arrastran por el fondo y
la superficie. Con ellas se pescan salmonetes, lenguados y pescadillas.
e)
Palangre. Es un
largo cordel de varios km de longitud del que cuelgan otros más cortos y
numerosos terminados en un anzuelo.
Las
nuevas técnicas capturan todo tipo de animales, lo que obliga a descartar
algunas capturas involuntarias de tortugas, delfines o peces inmaduros.
Actualmente, la sobreexplotación amenaza
con el agotamiento de los recursos pesqueros, pues se pesca a un ritmo superior a la tasa de renovación de la población
animal. Se han perdido algunos caladeros y ha disminuido el número de
capturas. La pesca se ha centrado en otras especies que ocupan un nivel trófico
inferior, pero esto priva de sustento a otros peces y animales.
En la convención de Naciones
Unidas en 1982, 159 países firmaron la Ley del Mar, un tratado por el que
cada nación tiene derecho legal a gestionar su propia pesca y la de los países
extranjeros en su Zona de Exclusión
Económica (ZEE) cuyo límite se
fijó en 200 millas. No la firmaron ni EEUU, ni Alemania, ni la antigua URSS, ni
Gran Bretaña, alegando que los recursos del mar son Patrimonio de la Humanidad.
En este tratado se suprimieron las técnicas de arrastre, se establecieron
cuotas de pesca para los países, y se fijaron períodos de vedas y de paradas
biológicas para permitir la recuperación de las especies.
6.3.3.-
La acuicultura.
Consiste en la cría de especies
acuáticas en cautividad. Es un sistema altamente eficiente, pero requiere
espacio y puede causar daños ambientales con pérdida de biodiversidad, ya que
hay que pescar mucho para alimentar a las especies del criadero, las especies
criadas sustituyen a las autóctonas, se pueden llegar a contaminar las aguas
con los residuos generados y otros productos químicos, etc.
6.3.4.-
Medidas para evitar la
sobreexplotación pesquera.
ü Explotación
racional (Ley del Mar).
ü Reducir
la contaminación por vertidos.
ü Ampliar
la utilización de recursos (otras especies).
ü Temporadas
de vedas y paradas.
ü Pescar
en áreas poco atractivas.
ü Practicar
la acuicultura.
6.4.- Ecosistemas
marginales: manglares y arrecifes coralinos.
Los ecosistemas marginales son las
marismas, albuferas y salinas en las zonas templadas, manglares y arrecifes de
coral en las zonas tropicales, y deltas y estuarios en las zonas fluviales.
Estos ecosistemas poseen un tipo de
vegetación adaptada al agua salobre y sirven de refugio y hábitat a numerosas
especies animales. Son muy vulnerables a la contaminación que llega con los
ríos, así como a la presión humana (deforestación y ocupación del territorio).
Esta es la causa de su degradación y desaparición.
6.4.1.-
Manglares.
Son
bosques anfibios de aguas salobres, pobres en O2, situados junto a
la desembocadura de los ríos ecuatoriales y tropicales. Se adentran varios km
hacia tierra. Los árboles principales son los mangles, de los que existen unas 20 especies.
Durante la marea alta, los árboles
están casi cubiertos, y cuando baja se ven sus raíces. Estos árboles protegen
la costa contra la erosión, y poseen una gran biodiversidad y abundantes
recursos (madera, carbón, papel, gomas, medicinas, etc.)
Se calcula que ha desaparecido el
50% de los manglares por tala, contaminación, sustitución del bosque por
cultivos como arroz, etc. Actualmente se tala para potenciar la acuicultura de
cría de langostinos, y como consecuencia
se producen impactos en las costas por la pesca excesiva para producir harina
de pescado (alimento de los langostinos) y su contaminación por antibióticos y
otros productos. Por estos motivos desaparecen los cocodrilos, las garzas, los
flamencos, los pelícanos, las tortugas marinas, etc.
6.4.2.-
Arrecifes coralinos.
Son uno de los lugares donde más
prolifera la vida. Su desarrollo requiere aguas limpias y cálidas (Tª > 20
ºC), extendiéndose por todos los mares tropicales.
Los corales son celentéreos con un
esqueleto calizo segregado por ellos mismos. Se multiplican por gemación,
creciendo hasta formar el arrecife. Son animales filtradores en cuyos cuerpos
viven algas unicelulares (zooxantelas)
en simbiosis, tomando el alga las sustancias de desecho del pólipo y el CO2,
con los que realiza la fotosíntesis, produciendo O2 para que respire
el pólipo. El arrecife crece al morir los pólipos inferiores, pues queda su
esqueleto y los nuevos pólipos se desarrollan sobre ellos, pudiendo llegar
incluso a salir al exterior, constituyendo los atolones o islas de coral.
Los arrecifes coralinos son importantes por su
diversidad. Se encuentran en peligro debido a las actividades humanas
siguientes:
- Afluencia excesiva de sedimentos debido a
la deforestación de los manglares, lo que provoca la obstrucción y asfixia
de los corales.
- Contaminación de las aguas por vertidos
desde tierra o desde barcos petroleros.
- Enturbiamiento de las aguas por la
proliferación de algas oportunistas resultantes de los vertidos de aguas
urbanas ricas en nutrientes.
- Los efectos del excesivo turismo, la
destrucción por las anclas de los barcos.
- Furtivismo y comercio ilegal de coral.
- Técnicas pesqueras agresivas como la pesca
de arrastre.
- Muerte de zooxantelas debido al aumento de
la Tª (cambio climático).
- Tormentas y huracanes, bioinvasiones.
En 1995
se puso en marcha la ICRI (Iniciativa Internacional sobre los Arrecifes de
Coral) para establecer un máximo control sobre estos ecosistemas.
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