CTM. Ud. 14.- EL
AGUA. Recurso básico.
1.- INTRODUCCIÓN.
El agua es un factor determinante
para el desarrollo de la vida. El ser humano ha ido aumentando sus
requerimientos creando problemas de escasez, y en un futuro puede llegar a ser
un recurso escaso.
La agricultura y la industria, así
como el aumento de la calidad de vida, ha hecho que se recurra a las reservas
de aguas fósiles (entre las rocas) y a la sobreexplotación de los acuíferos. Si
a esto le añadimos el problema de la contaminación hídrica, sacaremos la
conclusión de que, a pesar de ser un recurso renovable, el agua llegará a ser
limitada.
Las soluciones hasta el momento se
basan en la construcción de obras (embalses, derivación de cauces,
trasvases), lo cual genera gastos e impactos. El mejor método a seguir sería:
a)
Mejorar la eficiencia en el uso del agua
(regadío y acequias).
b)
Repartir el agua de forma solidaria.
c)
Introducir nuevas tecnologías (reutilizar y
reciclar).
d)
Aplicar políticas hidráulicas de “uso
sostenible” basadas en principios de eficiencia, ahorro, reutilización y
reciclado.
2.- EL CICLO DEL AGUA. BALANCE HÍDRICO
GENERAL.
El agua cubre el 70% de la
superficie terrestre, en lo que se denomina hidrosfera. Se encuentra
distribuida como sigue:
v 97%
como agua salada (océanos y mares).
v 3% en
forma de agua dulce: glaciares (79%), agua subterránea (20%), corrientes
(1%).
El agua de la hidrosfera sigue un ciclo, llamado
“ciclo hidrológico”, representado a continuación:
2.1.- Balance
hidrológico.
Es
el ciclo hidrológico cuantificado.
2.2.- Influencia
humana en el ciclo hidrológico.
El
hombre, para obtener una mayor eficiencia del ciclo hidrológico, lleva a cabo
una serie de modificaciones en el ciclo, basadas en la disminución de la
evaporación, en el aumento de la condensación (precipitaciones) y en la
disminución de la escorrentía. Estas modificaciones no deberían interrumpir el
ciclo natural del agua.
El
motivo es afrontar los desequilibrios en la distribución espacial (territorio),
sistemas de riego del agua y desequilibrios temporales de las precipitaciones
(presas).
Las
acciones humanas más destacadas son:
a)
Construcción de presas y embalses (regulan y
retienen agua).
b)
Explotación y rellenado de acuíferos. Ej.- en
Baleares y Murcia.
c)
Recolección de rocío mediante rampas y canales
que van a parar a depósitos subterráneos.
d)
Trasvases o transferencias de agua de unas
cuencas hidrográficas a otras.
e)
Desalación o tratamiento del agua de mar.
En el futuro se plantea:
a)
Cobertura de presas para evitar pérdidas por
evaporación.
b)
Formación de lluvia artificial mediante
aceleradores hidrológicos (en costas) con hidrógeno, y mediante aviones
sembradores de nubes que echan sales de plata para condensar las gotas de agua.
3.- USOS
DEL AGUA.
Hay
dos tipos de clasificaciones en cuanto a usos del agua.
ü Uso consuntivo:
cuando el agua no puede ser utilizada de nuevo.
ü Uso no consuntivo:
cuando el agua no se consume, por tanto puede ser reutilizada.
ü Usos primarios: usos
imprescindibles del agua (agrícola y ganadero, doméstico, industrial).
ü Usos secundarios: usos
prescindibles del agua (energético, navegación, recreación).
3.1.- Usos urbanos del agua.
Son
aquellos que surgen para cubrir las necesidades de agua en el hogar, comercio o
servicio público. El consumo humano mínimo es de 15 litros/día. Este agua
procede principalmente de embalses (previamente tratada) y de aguas
subterráneas. La demanda está en relación con el nivel de vida, el desarrollo
económico y la población.
3.2.- Usos industriales del agua.
Las
demandas de agua están provocadas por los diferentes procesos industriales,
pudiendo tener diferentes usos:
ü Materia
prima en industrias químicas.
ü Refrigerante
en industrias energéticas.
ü Depósito
de vertidos.
ü Transporte
de materiales.
ü Medio
de limpieza.
Las cantidades empleadas guardan relación con el
mayor o menor desarrollo industrial. El uso de agua con fines industriales
supone la 2ª demanda más importante de este elemento.
3.3.- Usos agrícolas y ganaderos.
Estos
usos suponen la mayor demanda (un 65% del consumo total mundial) de agua. El
agua se emplea para riego y prácticas agrícolas. Es una demanda condicionada
por el clima, el tipo de suelo y cultivo, y la eficiencia de las prácticas
agrícolas.
3.4.- Usos energéticos.
Son
fundamentales para la producción de energía eléctrica y la empleada en la
refrigeración de las centrales nucleares.
No
supone un consumo de agua, ya que una vez utilizada, se recupera (aunque casi
siempre contaminada térmicamente).
3.5.- Usos en navegación y ocio.
El
empleo del agua dulce en navegación requiere unos caudales fluviales mínimos;
su uso es no consuntivo, pero esta agua puede sufrir una pérdida de calidad. En
España, la navegación fluvial es escasa (Guadalquivir, Ebro).
Para
usos recreativos (ocio) se utilizan embalses, ríos, lagos. Tampoco implica un
consumo, pero puede conllevar problemas de contaminación. Existe una ordenación
relativa a este tipo de usos.
3.6.- Usos ecológicos o medioambientales.
Para
el buen funcionamiento de los ecosistemas acuáticos, conservando su
biodiversidad, su dinámica, así como para mantener el paisaje y permitir la
recarga de los acuíferos, es necesaria una cantidad de agua determinada, llamada
caudal ecológico, ambiental o mínimo.
Este caudal se establece en los Planes Hidrológicos Nacionales.
Algunos
autores proponen también el término “caudal
de mantenimiento“, que expresaría la cantidad de agua que permite mantener
un nivel adecuado para el desarrollo de la vida en los ecosistemas acuáticos y
de las zonas de ribera, aguas debajo de los lugares donde hay modificaciones en
el régimen de los ríos.
4.- GESTIÓN
DEL AGUA: PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA.
El
agua es un recurso renovable, pero su mal uso puede convertirlo en un bien
escaso. La escasez de agua es un grave problema, afecta al rendimiento de las
cosechas, altera los ecosistemas y fomenta la desertización.
Para
hacer frente a la disminución de los recursos se requieren soluciones que se
pueden resumir en tres apartados: de carácter general, de carácter técnico y de
carácter político.
4.1.- Medidas de carácter general.
- Reducción del consumo en
el sector agrícola.
- Cambios en los
sistemas de riego.
i.
Riego por impulso
(surcos que se inundan de agua).
ii.
Riego por goteo (redes
de conductos porosos). El agua se aplica en dosis muy pequeñas y frecuentes.
- Mejora en las
prácticas de gestión del agua por parte de los agricultores y
administradores del agua (controlando el suministro y aumentando las tarifas
agrícolas).
- Reducción del consumo en
el sector industrial.
Para fabricar ciertos
productos (papel, plástico, arroz, carne, etc.) se necesitan grandes cantidades
de agua. Las medidas a adoptar serían:
- Reciclado del agua
de refrigeración.
- Reutilización en
sistemas cerrados en la industria.
- Diseños de
ingeniería que reduzcan el flujo y eviten las pérdidas.
- Tecnologías de
bajo consumo y baja contaminación que permitan reutilizar de nuevo el
agua.
- Reducción del consumo urbano.
Las medidas a aplicar
serían:
1. Empleo
de instalaciones de bajo consumo, como electrodomésticos, cisternas, etc.
2. Adopción
de precios del agua más acordes con el verdadero coste.
3. Aplicación
del paisajismo xerofílico en los ajardinamientos de ciudades, sustituyendo el
césped, que requiere mucha agua, por plantas y arbustos autóctonos, más
resistentes a la sequía.
4. Planificación
urbana.
5. Reutilización
de las aguas residuales domésticas (previa depuración) en la agricultura o en
riego de jardines y parques.
6. Educación
ambiental (programas educativos).
4.2.- Medidas de carácter técnico.
A
destacar principalmente las siguientes:
- Embalses. Regulan el agua de los
ríos y controlan sus crecidas;
abastecen de agua a las poblaciones, industrias y agricultura; generan
electricidad (energía hidráulica) y se emplean también para el ocio y
tiempo libre.
- Trasvases. Consiste en exportar agua
desde una cuenca hidrográfica con excedentes a otra con déficit por medio
de un sistema de canales cuyo impacto en el medio natural y en el paisaje
es muy elevado.
- Actuaciones sobre los cursos de los ríos.
Se trata de restaurar los daños que en ellos se hayan producido (pérdida
de la capacidad de desagüe, calidad del agua). Las acciones van
encaminadas a facilitar la circulación del agua, recuperando pendientes,
limpiando cauces, revegetando las riberas y encauzando los ríos.
- Desalación del agua del mar.
Consiste en separar las sales disueltas que lleva el agua marina y obtener
agua potable. Para ello existen varios procedimientos:
- Procedimientos
térmicos. Consisten en la separación de la sal por
evaporación del agua salada y su posterior conversión en agua dulce por
condensación. El agua que se obtiene es pura y es necesario añadirle
ciertas sales para hacerla potable, ya que si no disolvería y arrastraría
sustancias útiles para el organismo. Además hay que rectificar su acidez
y dureza. Tiene mucho gasto energético y además el problema de que la sal
obtenida ha de devolverse al mar.
- Procedimientos
de filtración mediante membranas (“ósmosis inversa”).
Este procedimiento se basa en fenómenos osmóticos; se hace pasar el agua
salada a través de membranas semipermeables bajo presión, con lo que se
invierte el proceso natural de ósmosis y pasa a través de la membrana el
agua desalada, quedando dentro del tubo las sales. También implica un
gran gasto de energía.
- Control en la explotación de acuíferos.
El problema que sufren actualmente los acuíferos es la sobreexplotación: reducción del
caudal de los ríos por extracción masiva, lo que provoca fenómenos de
subsidencia o hundimiento y salinización. Como soluciones se proponen
medidas que contribuyan a su recargado natural o rellenado de forma
artificial.
4.3.- Medidas de carácter político.
Se basan en
la promulgación de leyes que regulen el consumo y la gestión del agua.
ü En la Conferencia del
Agua de las Naciones Unidas (Mar del Plata, Argentina, 1977) se realizó
una primera evaluación del agua a nivel mundial.
ü En la Conferencia de
Río de Janeiro de 1992 se realizó otra evaluación de los recursos del
agua y se llegó a la conclusión de la necesidad de un seguimiento constante de
las fuentes, cantidad y calidad, así como de las actividades humanas que
afectan a este recurso. Se aplica la Agenda
21, que indica que la protección y distribución de los recursos naturales
es vital para el desarrollo.
Dado que el agua es un recurso limitado, se establece que
todos los países han de tener diseñados programas que recojan las siguientes
medidas:
o
Control de los sistemas de desagüe.
o
Control de los residuos industriales vertidos al
agua que tienen que tener un tratamiento adecuado para su reducción o su
reciclaje.
o
Empleo de agua reciclada para la agricultura que
deberá reducir el uso de pesticidas, herbicidas y nitratos.
o
Preservación de los acuíferos de la
contaminación marina.
o
Protección de especies que habitan en zonas
húmedas, ríos y lagos.
o
Protección de los ecosistemas costeros y
marinos.
o
Evitar la sobreexplotación pesquera y la
contaminación marina.
5.- LOS RECURSOS
HÍDRICOS EN ESPAÑA Y SU GESTIÓN.
En España,
la gestión del agua corresponde al Estado,
según se establece en la Ley de Aguas. El balance hídrico es
negativo, como consecuencia de un excesivo consumo de agua. Existe un déficit
de 3000 hm3, aunque hay diferencias entre unas cuencas y otras.
Esta gestión ha
sido una parte fundamental en la política de desarrollo económico del siglo XX,
durante el cual el número de presas aumentó de cerca de 60 a más de mil. Los embalses
españoles, con una capacidad de almacenamiento de 54.000 hm³ (50% del caudal de
los ríos) juegan un papel importante en la reducción del impacto de sequías e
inundaciones. Sin embargo, las sequías
siguen siendo problemas graves en el país, la última ocurrió en el 2008. La polución de los recursos hídricos es
también un problema: según una investigación realizada por Greenpeace en 2005,
sólo el 11% de las aguas de los ríos españoles son de calidad aceptable. La sobreexplotación de acuíferos, sobre
todo en la costa mediterránea, también es un problema grave.
Para manejar los
recursos hídricos españoles se han creado administraciones especializadas, los Organismos de Cuenca (antes Confederaciones Hidrográficas de Cuenca).
Estos organismos, creados desde 1926, tenían inicialmente como papel principal
la construcción de infraestructura hidráulica. En las últimas décadas su papel
ha cambiado hasta la protección y el uso sostenible del agua, una tendencia que
se ha reforzado con la implementación de la directiva “Marco del Agua” de 2000
de la Unión Europea en España.
Uno de los temas
más controvertidos en la gestión del agua en España al principio del siglo XXI
ha sido el Plan
Hidrológico Nacional (PHN). El PHN en su versión
inicial, aprobado en 2001 por el gobierno de José María Aznar,
incluyó un trasvase de agua desde el río Ebro
al litoral mediterráneo que provocó fuertes protestas. El programa A.G.U.A. y
las modificaciones del PHN aprobados por el gobierno de José Luis
Rodríguez Zapatero en 2004 y 2005 enfatizan el abastecimiento del
agua al litoral mediante el uso de agua desalada.[
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