martes, 22 de marzo de 2016

CTM. Ud. 14.- EL AGUA. Recurso básico.

1.- INTRODUCCIÓN.
            El agua es un factor determinante para el desarrollo de la vida. El ser humano ha ido aumentando sus requerimientos creando problemas de escasez, y en un futuro puede llegar a ser un recurso escaso.
            La agricultura y la industria, así como el aumento de la calidad de vida, ha hecho que se recurra a las reservas de aguas fósiles (entre las rocas) y a la sobreexplotación de los acuíferos. Si a esto le añadimos el problema de la contaminación hídrica, sacaremos la conclusión de que, a pesar de ser un recurso renovable, el agua llegará a ser limitada.
            Las soluciones hasta el momento se basan en la construcción de obras (embalses, derivación de cauces, trasvases), lo cual genera gastos e impactos. El mejor método a seguir sería:
a)     Mejorar la eficiencia en el uso del agua (regadío y acequias).
b)     Repartir el agua de forma solidaria.
c)      Introducir nuevas tecnologías (reutilizar y reciclar).
d)     Aplicar políticas hidráulicas de “uso sostenible” basadas en principios de eficiencia, ahorro, reutilización y reciclado.

2.- EL CICLO DEL AGUA. BALANCE HÍDRICO GENERAL.

            El agua cubre el 70% de la superficie terrestre, en lo que se denomina hidrosfera. Se encuentra distribuida como sigue:
v  97% como agua salada (océanos y mares).
v  3% en forma de agua dulce: glaciares (79%), agua subterránea (20%), corrientes (1%).
El agua de la hidrosfera sigue un ciclo, llamado “ciclo hidrológico”, representado a continuación:



2.1.- Balance hidrológico.
            Es el ciclo hidrológico cuantificado.


2.2.- Influencia humana en el ciclo hidrológico.
            El hombre, para obtener una mayor eficiencia del ciclo hidrológico, lleva a cabo una serie de modificaciones en el ciclo, basadas en la disminución de la evaporación, en el aumento de la condensación (precipitaciones) y en la disminución de la escorrentía. Estas modificaciones no deberían interrumpir el ciclo natural del agua.
            El motivo es afrontar los desequilibrios en la distribución espacial (territorio), sistemas de riego del agua y desequilibrios temporales de las precipitaciones (presas).
            Las acciones humanas más destacadas son:
a)     Construcción de presas y embalses (regulan y retienen agua).
b)     Explotación y rellenado de acuíferos. Ej.- en Baleares y Murcia.
c)      Recolección de rocío mediante rampas y canales que van a parar a depósitos subterráneos.
d)     Trasvases o transferencias de agua de unas cuencas hidrográficas a otras.
e)     Desalación o tratamiento del agua de mar.

En el futuro se plantea:
a)     Cobertura de presas para evitar pérdidas por evaporación.
b)     Formación de lluvia artificial mediante aceleradores hidrológicos (en costas) con hidrógeno, y mediante aviones sembradores de nubes que echan sales de plata para condensar las gotas de agua.

3.- USOS DEL AGUA.

            Hay dos tipos de clasificaciones en cuanto a usos del agua.
ü  Uso consuntivo: cuando el agua no puede ser utilizada de nuevo.
ü  Uso no consuntivo: cuando el agua no se consume, por tanto puede ser reutilizada.

ü  Usos primarios: usos imprescindibles del agua (agrícola y ganadero, doméstico, industrial).
ü  Usos secundarios: usos prescindibles del agua (energético, navegación, recreación).

3.1.- Usos urbanos del agua.
            Son aquellos que surgen para cubrir las necesidades de agua en el hogar, comercio o servicio público. El consumo humano mínimo es de 15 litros/día. Este agua procede principalmente de embalses (previamente tratada) y de aguas subterráneas. La demanda está en relación con el nivel de vida, el desarrollo económico y la población.

3.2.- Usos industriales del agua.
            Las demandas de agua están provocadas por los diferentes procesos industriales, pudiendo tener diferentes usos:
ü  Materia prima en industrias químicas.
ü  Refrigerante en industrias energéticas.
ü  Depósito de vertidos.
ü  Transporte de materiales.
ü  Medio de limpieza.
Las cantidades empleadas guardan relación con el mayor o menor desarrollo industrial. El uso de agua con fines industriales supone la 2ª demanda más importante de este elemento.

3.3.- Usos agrícolas y ganaderos.
            Estos usos suponen la mayor demanda (un 65% del consumo total mundial) de agua. El agua se emplea para riego y prácticas agrícolas. Es una demanda condicionada por el clima, el tipo de suelo y cultivo, y la eficiencia de las prácticas agrícolas.

3.4.- Usos energéticos.
            Son fundamentales para la producción de energía eléctrica y la empleada en la refrigeración de las centrales nucleares.
            No supone un consumo de agua, ya que una vez utilizada, se recupera (aunque casi siempre contaminada térmicamente).

3.5.- Usos en navegación y ocio.
            El empleo del agua dulce en navegación requiere unos caudales fluviales mínimos; su uso es no consuntivo, pero esta agua puede sufrir una pérdida de calidad. En España, la navegación fluvial es escasa (Guadalquivir, Ebro).
            Para usos recreativos (ocio) se utilizan embalses, ríos, lagos. Tampoco implica un consumo, pero puede conllevar problemas de contaminación. Existe una ordenación relativa a este tipo de usos.

3.6.- Usos ecológicos o medioambientales.
            Para el buen funcionamiento de los ecosistemas acuáticos, conservando su biodiversidad, su dinámica, así como para mantener el paisaje y permitir la recarga de los acuíferos, es necesaria una cantidad de agua determinada, llamada caudal ecológico, ambiental o mínimo. Este caudal se establece en los Planes Hidrológicos Nacionales.
            Algunos autores proponen también el término “caudal de mantenimiento“, que expresaría la cantidad de agua que permite mantener un nivel adecuado para el desarrollo de la vida en los ecosistemas acuáticos y de las zonas de ribera, aguas debajo de los lugares donde hay modificaciones en el régimen de los ríos.

4.- GESTIÓN DEL AGUA: PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA.
            El agua es un recurso renovable, pero su mal uso puede convertirlo en un bien escaso. La escasez de agua es un grave problema, afecta al rendimiento de las cosechas, altera los ecosistemas y fomenta la desertización.
            Para hacer frente a la disminución de los recursos se requieren soluciones que se pueden resumir en tres apartados: de carácter general, de carácter técnico y de carácter político.

4.1.- Medidas de carácter general.
  1. Reducción del consumo en el sector agrícola.
    1. Cambios en los sistemas de riego.
                                                              i.      Riego por impulso (surcos que se inundan de agua).
                                                           ii.      Riego por goteo (redes de conductos porosos). El agua se aplica en dosis muy pequeñas y frecuentes.
    1. Mejora en las prácticas de gestión del agua por parte de los agricultores y administradores del agua (controlando el suministro y aumentando las tarifas agrícolas).
  1. Reducción del consumo en el sector industrial.
Para fabricar ciertos productos (papel, plástico, arroz, carne, etc.) se necesitan grandes cantidades de agua. Las medidas a adoptar serían:
    1. Reciclado del agua de refrigeración.
    2. Reutilización en sistemas cerrados en la industria.
    3. Diseños de ingeniería que reduzcan el flujo y eviten las pérdidas.
    4. Tecnologías de bajo consumo y baja contaminación que permitan reutilizar de nuevo el agua.
  1. Reducción del consumo urbano.
Las medidas a aplicar serían:
1.       Empleo de instalaciones de bajo consumo, como electrodomésticos, cisternas, etc.
2.      Adopción de precios del agua más acordes con el verdadero coste.
3.      Aplicación del paisajismo xerofílico en los ajardinamientos de ciudades, sustituyendo el césped, que requiere mucha agua, por plantas y arbustos autóctonos, más resistentes a la sequía.
4.      Planificación urbana.
5.      Reutilización de las aguas residuales domésticas (previa depuración) en la agricultura o en riego de jardines y parques.
6.      Educación ambiental (programas educativos).

4.2.- Medidas de carácter técnico.
            A destacar principalmente las siguientes:
  1. Embalses. Regulan el agua de los ríos  y controlan sus crecidas; abastecen de agua a las poblaciones, industrias y agricultura; generan electricidad (energía hidráulica) y se emplean también para el ocio y tiempo libre.
  2. Trasvases. Consiste en exportar agua desde una cuenca hidrográfica con excedentes a otra con déficit por medio de un sistema de canales cuyo impacto en el medio natural y en el paisaje es muy elevado.
  3. Actuaciones sobre los cursos de los ríos. Se trata de restaurar los daños que en ellos se hayan producido (pérdida de la capacidad de desagüe, calidad del agua). Las acciones van encaminadas a facilitar la circulación del agua, recuperando pendientes, limpiando cauces, revegetando las riberas y encauzando los ríos.
  4. Desalación del agua del mar. Consiste en separar las sales disueltas que lleva el agua marina y obtener agua potable. Para ello existen varios procedimientos:
    1. Procedimientos térmicos. Consisten en la separación de la sal por evaporación del agua salada y su posterior conversión en agua dulce por condensación. El agua que se obtiene es pura y es necesario añadirle ciertas sales para hacerla potable, ya que si no disolvería y arrastraría sustancias útiles para el organismo. Además hay que rectificar su acidez y dureza. Tiene mucho gasto energético y además el problema de que la sal obtenida ha de devolverse al mar.
    2. Procedimientos de filtración mediante membranas (“ósmosis inversa”). Este procedimiento se basa en fenómenos osmóticos; se hace pasar el agua salada a través de membranas semipermeables bajo presión, con lo que se invierte el proceso natural de ósmosis y pasa a través de la membrana el agua desalada, quedando dentro del tubo las sales. También implica un gran gasto de energía.
  5. Control en la explotación de acuíferos. El problema que sufren actualmente los acuíferos es la sobreexplotación: reducción del caudal de los ríos por extracción masiva, lo que provoca fenómenos de subsidencia o hundimiento y salinización. Como soluciones se proponen medidas que contribuyan a su recargado natural o rellenado de forma artificial.

4.3.- Medidas de carácter político.
            Se basan en la promulgación de leyes que regulen el consumo y la gestión del agua.
ü  En la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas (Mar del Plata, Argentina, 1977) se realizó una primera evaluación del agua a nivel mundial.
ü  En la Conferencia de Río de Janeiro de 1992 se realizó otra evaluación de los recursos del agua y se llegó a la conclusión de la necesidad de un seguimiento constante de las fuentes, cantidad y calidad, así como de las actividades humanas que afectan a este recurso. Se aplica la Agenda 21, que indica que la protección y distribución de los recursos naturales es vital para el desarrollo.

Dado que el agua es un recurso limitado, se establece que todos los países han de tener diseñados programas que recojan las siguientes medidas:
o   Control de los sistemas de desagüe.
o   Control de los residuos industriales vertidos al agua que tienen que tener un tratamiento adecuado para su reducción o su reciclaje.
o   Empleo de agua reciclada para la agricultura que deberá reducir el uso de pesticidas, herbicidas y nitratos.
o   Preservación de los acuíferos de la contaminación marina.
o   Protección de especies que habitan en zonas húmedas, ríos y lagos.
o   Protección de los ecosistemas costeros y marinos.
o   Evitar la sobreexplotación pesquera y la contaminación marina.

5.- LOS RECURSOS HÍDRICOS EN ESPAÑA Y SU GESTIÓN.

            En España, la gestión del agua corresponde al Estado, según se establece en la Ley de Aguas. El balance hídrico es negativo, como consecuencia de un excesivo consumo de agua. Existe un déficit de 3000 hm3, aunque hay diferencias entre unas cuencas y otras.
Esta gestión ha sido una parte fundamental en la política de desarrollo económico del siglo XX, durante el cual el número de presas aumentó de cerca de 60 a más de mil. Los embalses españoles, con una capacidad de almacenamiento de 54.000 hm³ (50% del caudal de los ríos) juegan un papel importante en la reducción del impacto de sequías e inundaciones. Sin embargo, las sequías siguen siendo problemas graves en el país, la última ocurrió en el 2008. La polución de los recursos hídricos es también un problema: según una investigación realizada por Greenpeace en 2005, sólo el 11% de las aguas de los ríos españoles son de calidad aceptable. La sobreexplotación de acuíferos, sobre todo en la costa mediterránea, también es un problema grave.
Para manejar los recursos hídricos españoles se han creado administraciones especializadas, los Organismos de Cuenca (antes Confederaciones Hidrográficas de Cuenca). Estos organismos, creados desde 1926, tenían inicialmente como papel principal la construcción de infraestructura hidráulica. En las últimas décadas su papel ha cambiado hasta la protección y el uso sostenible del agua, una tendencia que se ha reforzado con la implementación de la directiva “Marco del Agua” de 2000 de la Unión Europea en España.

Uno de los temas más controvertidos en la gestión del agua en España al principio del siglo XXI ha sido el Plan Hidrológico Nacional (PHN). El PHN en su versión inicial, aprobado en 2001 por el gobierno de José María Aznar, incluyó un trasvase de agua desde el río Ebro al litoral mediterráneo que provocó fuertes protestas. El programa A.G.U.A. y las modificaciones del PHN aprobados por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 y 2005 enfatizan el abastecimiento del agua al litoral mediante el uso de agua desalada.[

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